No se sabe cuándo ni dónde nació Alfonso de Ulloa, probablemente hacia 1525, en el seno de una familia noble. El apellido es gallego, pero esto no es un dato definitivo, como tampoco lo es que fuese extremeño por la relación de su padre con Hernán Cortés (1485-1547). Este, Francisco de Ulloa (¿?-¿1540?), había participado en varios hechos bélicos al lado del emperador Carlos V (1500-1558), entre ellas la expedición de Argel (1535). También estuvo con Hernán Cortés en la Nueva España, desapareciendo en una expedición por la costa del Pacífico norte en 1540, de manera que nuestro personaje quedó huérfano siendo aún joven. Hacia el año 1546 se trasladó a Venecia, apoyado seguramente por algún personaje influyente, cuando Diego Hurtado de Mendoza (¿1503-1505?-1575) era el representante del emperador, y cuya casa y biblioteca debió frecuentar. En esa ciudad pronto trabó conocimiento con individuos notables. Alfonso de Ulloa, como su padre, tomó las armas, al igual que su hermano Martín, bajo las órdenes de Fernando Gonzaga (ca. 1508-1569), príncipe de Molfetta, en el ataque a Colorno (1551). En Venecia publicó todas sus obras, la más antigua en 1552, año en el que fue acusado de actuar como espía de los franceses en un episodio de su vida algo oscuro. Y en 1567 fue condenado a muerte por haber falsificado un documento del Consejo de los Diez, uno de los máximos órganos de gobierno de Venecia, encargado de la seguridad. La pena fue sustituida por la de cárcel, en la que murió en 1570.
Publicó en Italia obras de creación propia tanto en español como en italiano. Editó unas cuantas obras literarias españolas para que las pudiesen leer los italianos, así como una italiana. Del mismo modo, tradujo otras cuantas al italiano, unas pocas italianas al español, y un par de libros portugueses al italiano. Así contribuyó al mutuo conocimiento de las dos culturas.
Ulloa puso un glosario a la traducción que hizo Jerónimo de Urrea del Orlando furioso de Ludovico Ariosto (1474-1533). Esta traducción no debió ser muy buena, y la condenó Cervantes en boca del cura en el escrutinio que hicieron de la biblioteca de D. Quijote el cura y el barbero (primera parte, cap. VI). El glosario lleva por título el de Exposición de todos los lugares difficultosos que en el presente libro se hallan, y no es muy extenso (no llega a las 400 entradas, más de la cuarta parte de ellas son las que pertenecen a la letra a), monodireccional español-italiano. Este repertorio parece tener cierta independencia de la obra a la que acompaña, pues al final de la página 529 puede leerse «Fin del libro», en la siguiente aparece un soneto de Serafín Centellas y la fe de erratas, y en la siguiente el escudo del impresor. Con un nuevo registro, sin paginación, y con portada propia, consta la Exposición. En su edición de la Celestina, del mismo año, pero algo posterior al Orlando furioso, puso un glosario mucho más extenso que el recién comentado, de casi 900 palabras, también monodireccional español-italiano, con el que pretendía hacer más fácil la lectura de la obra a los italianos, para los que realizó su edición.