Ramón Francisco Valdés fue un jurisconsulto y escritor español del siglo XIX, activo en la metrópoli, en Cuba y en México. Nació en La Habana, en 1810, en el seno de una familia cuya calidad nos es desconocida. A los 11 años ya había culminado el bachillerato en Filosofía en el Real Seminario de San Carlos y, antes de cumplir los 15, se licenció y doctoró en Derecho por la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo. Al término de sus estudios, ocupó diversas cátedras en la institución en la que se había formado y comenzó a ejercer la abogacía, tarea que lo ocupó por espacio de 36 años. Además, ingresó en la habanera Sociedad Económica de Amigos del País. En torno a 1840 se trasladó a Madrid, ciudad en la que vivió durante unos años y en cuyos círculos de poder logró introducirse; fue propuesto como diputado, pero finalmente no consiguió el escaño. Desengañado, regresó a La Habana y, desde allí, viajó a la Ciudad de México, en la que se avecindó por espacio de nueve años, desde 1845 a 1854. En la capital mexicana, gracias su prestigio como jurista, desempeñó diversos cargos en el gobierno de aquella nación. Tras la Revolución de Ayutla y el exilio del general López de Santa Anna (1794-1876), hechos que frustraron su nombramiento como cónsul mexicano en los Estados Unidos, regresó a su ciudad natal, en la que residió hasta su muerte. Ramón Francisco Valdés falleció en La Habana, en 1866, con tan solo 56 años de edad.
El quehacer filológico de este autor estuvo subordinado a sus trabajos sobre legislación. De hecho, únicamente se valió de la técnica lexicográfica por su acreditado valor didáctico para la composición de dos manuales, destinados a los estudiantes de Derecho, que recogen de forma ordenada la legislación criminal de México y Cuba. Cabe recordar que, en esa isla caribeña, la legislación general española tenía algunas particularidades debidas a las características especiales de aquel territorio.