Alejo (o Alexo, Alexio, etc.) Venegas de Busto (o Bustos) nació en Camarena (Toledo) hacia 1498-1499, en el seno de una familia cristiana vieja, y no de judeoconversos, como se repite de forma continua. Realizó sus primeros estudios en la escuela del cabildo catedralicio y en el Colegio de Santa Catalina de Toledo, ciudad en cuya incipiente universidad cursó artes liberales. Con cierta seguridad, también estudió en Alcalá de Henares; allí trabó amistad con algunos catedráticos y debió conocer la obra y doctrina de Erasmo (1466-1536), gracias al erasmismo imperante en su Universidad. Enseñó en esa ciudad y en 1544 se trasladó a Madrid para dirigir el Estudio de Gramática, cargo que regentó hasta 1560. Debió realizar una estancia en Écija durante la cual le fueron robados en Alcalá sus apreciados libros, y sus alhajas. Viajó a Toledo en alguna ocasión, hasta que se afincó en 1560. Allí murió en 1562.
Su Tractado de orthographía es el primer libro sobre la materia tras el que escribió Antonio de Nebrija, utilísimo para conocer la pronunciación de la época, donde, además, trata de los acentos en las tres lenguas clásicas, el latín, el griego y el hebreo. En su exposición está muy próxima a las que hicieron los gramáticos clásicos, especialmente Nebrija, por lo que no siempre sus descripciones concuerdan con el sistema fonológico planteado, pues se omiten algunos aspectos de la pronunciación, y se exponen otros ajenos a nuestra lengua, lo cual no le quita valor como texto para entender las articulaciones de la época, entre las que ocupa un importante lugar el sistema de las fricativas.
La Agonía del tránsito de la muerte con los avisos y consuelos que cerca della son provechosos, tal vez su obra más conocida, con numerosas ediciones, es de carácter ascético redactada bajo la influencia de las enseñanzas de Erasmo de Rotterdam (1469-1536) según unos, y, según otros, de los Santos Padres y otros teólogos. Como parte de ese libro figura la Breve declaración delas sentencias y vocablos obscuros, aunque no se escribió con ella, como prueba su falta en las primeras ediciones de la Agonía –y en algunas de las posteriores–, además existir ejemplares con la Breve declaración de manera independiente. Por otra parte, en la dedicatoria de la Breve declaración se dice que es posterior a la Agonía. Esta Breve declaración, redactada con prisa y poco tiempo, está dividida en ocho capítulos, en los cuales el autor va explicando qué es la declaración, la preparación a la muerte o la agonía, hasta llegar al capítulo VIII, y último, titulado «De una particular declaración de algunos vocablos que enel presente libro del tránsito por diversos capítulos están esparzidos», un vocabulario compuesto para explicar el verdadero significado de las voces a través de su etimología.
A Alejo Venegas se le atribuyen los añadidos a las Etimologías españolas de Francisco Sánchez de las Brozas (1523-¿1601?), el Brocense.
Igualmente, en la Breve declaración dice estar ocupado en un «arte de gramática» de la lengua latina del cual no sabemos nada más.
Aunque no estrictamente filológica, es necesario recordar la Primera parte de las diferencias de libros que ay en el universo (Juan de Ayala, Toledo, 1540), obra en la que se muestra contrario a las interpretaciones de la Vulgata hechas por helenistas neófitos. Sostenía que a Dios lo conocemos por sus obras, por lo que su empeño era ayudar a los lectores en l proceso cognitivo.
También escribió poesía en latín y en español, si bien con escasos méritos.