Mariano Viscasillas y Urriza fue un filólogo, hebraísta y semitista español nacido en Zaragoza en 1835. Realizó en su ciudad natal los estudios primarios y secundarios; seguidamente –y también en Zaragoza– se licenció en Derecho y en Filosofía y Letras; finalmente, en 1858, se doctoró en Filosofía en la Universidad Central de Madrid. Un año más tarde ingresó en el cuerpo de archiveros y bibliotecarios, siendo destinado a Barcelona; sin embargo, tras solo dos años, decidió dedicarse a la docencia y regresar a Zaragoza: en 1861 consiguió la cátedra de Hebreo en la institución en la que se había formado, destino que mantuvo hasta 1867. En esa fecha, y conservando el mismo cargo, se trasladó a la Universidad de Barcelona: allí se dedicó a la investigación, a la docencia y al estudio de la Epigrafía, disciplina que le apasionaba; aprovechó su estancia en este centro para doctorarse también en Jurisprudencia (1869). En 1881 ingresó en la Universidad Central de Madrid, donde impartió clases y continuó sus labores de investigación; con el tiempo, llegó a ser decano de la Facultad de Filosofía y Letras, cargo que mantuvo durante 22 años. Fue presidente del Consejo de Instrucción Pública, y como premio a sus múltiples trabajos recibió la encomienda de la Orden de Isabel la Católica.
Su labor filológica se centró en el estudio de la lengua hebrea utilizando el método comparativo: su Gramática de la lengua hebrea fue publicada simultáneamente en España y en Alemania y rápidamente fue adoptada como libro de textos en la mayoría de los seminarios y universidades españolas; en 1895 apareció una segunda edición en dos volúmenes corregida y aumentada, Nueva gramática hebrea comparada […]. Ese mismo año, y como complemento a la reedición de su exitosa obra, llevó a la imprenta, por un lado, la Nueva crestomatía hebrea seguida de un breve vocabulario (Est. Tip. "Sucesores de Rivadeneyra", Madrid, 1895), también con clara intención pedagógica y en la que incluyó un breve vocabulario en sus páginas finales; y, por otro, Elementos de gramática hebrea […], texto en un solo tomo más manejable para los estudiantes. No obstante, y a pesar de todas estas publicaciones, gran parte de su obra sobre la lengua hebrea permanece aún hoy inédita. También llevó a las prensas el discurso con el que se doctoró en 1858 bajo el título: Origen y formación de las lenguas vulgares, una de sus pocas incursiones en la Romanística.