Alfonso de Zamora –también conocido como Alonso de Zamora o Alonso de Arcos– fue un hebraísta español del primer Renacimiento. Nació a finales del s. XV en la judería de la ciudad de Zamora (España), situada entonces extramuros de la población principal, en el seno de una familia acomodada: su padre era el rabino de la comunidad. Este hecho le proporcionó una educación esmerada tanto en cuestiones religiosas como en lenguas semíticas. La expulsión de los judíos (1492) –decretada por los Reyes Católicos– forzó que, tanto él –con 18 años recién cumplidos– como su familia, tuvieran que abandonar su ciudad; no sé sabe exactamente dónde se instalaron. Según algunos investigadores, la familia pudo haberse asentado en las juderías de Béjar (Salamanca) o Hervás (Cáceres), lugares apartados en los que refugiarse a la espera de la rápida revocación del decreto, anhelo e idea bastante extendida en la época; otros investigadores sitúan a la familia en Portugal, aunque no descartan su paso previo por alguna de las juderías de las dos localidades mencionadas. Sea como fuere, Alfonso de Zamora regresó oficialmente a España en 1506, fecha en la que recibió el bautismo en su ciudad natal y donde sobrevivió desempeñando el oficio de zapatero. En 1508 quedó vacante un puesto de docente de lenguas semíticas en la Universidad de Salamanca y Zamora concurrió al puesto. Quedó en segundo lugar, por lo que se le adjudicó un puesto secundario; sin embargo, debido a las dudas existentes sobre su conversión, su contratación se vio frenada por espacio de un año hasta la intervención a su favor del propio Fernando el Católico (1452-1516); en 1511 consiguió la plaza en propiedad. En 1512 fue llamado por el Cardenal Cisneros (1436-1517) para ocupar una cátedra –cargo que se le había negado en Salamanca aludiendo a su condición de converso– en la Universidad de Alcalá, institución en la que desarrolló su labor docente, investigadora y traductora a lo largo de más de treinta años. Durante su etapa en Alcalá, trabajó en la confección de la columna hebrea de la Biblia Políglota Complutense y, según la investigación, colaboró parcialmente también en la redacción de la columna en lengua aramea.
Su labor filológica se centró en la traducción de diversos materiales para el estudio del hebreo, como la gramática del rabino occitano David ben Josef Kimhi (1160-1235); todos ellos, inéditos. No obstante, fueron las Introductiones Artis grammatice hebraice su obra más importante: las primeras 101 páginas ya habían sido publicadas en el tomo VI de la Biblia Políglota Complutense (por este motivo, en el vuelto de la portada, el autor habla de secunda editio). Esta edición, la de 1526, corregida y aumentada, fue la primera y única edición exenta de la obra.