Gonzalo Argote de Molina nació en Sevilla a finales de 1548 o principios de 1549 en el seno de una familia noble, el mayor de siete hermanos. Fue, entre otros títulos, veinticuatro de la ciudad andaluza, Alférez mayor de Andalucía (1565) y primer Provincial de la Santa Hermandad en Sevilla (1578), nombrado por Felipe II (1527-1598), quien le dispensó un trato cordial, hasta el punto de visitar su casa sevillana. Participó en algunos hechos de armas, como la defensa del Peñón de Vélez de la Gomera (1564) cuando solo contaba 15 años de edad, en 1569 contribuyó a sofocar la rebelión de los moriscos en las Alpujarras, limpió de salteadores las sierras de Jerez y Ronda, y más tarde fue a la guerra de Navarra. Después estudió letras. Coleccionó pintura, libros, caballos, armas antiguas y animales disecados. Contrajo matrimonio con Constanza en 1586, hija de Agustín de Herrera y Rojas, marqués de Lanzarote. En ese año el pirata berberisco Morato Arráez (1586) hizo una incursión en la isla, en la que capturó entre otras personas a la marquesa y a su esposa, cuya liberación consiguió pagando un enjundioso rescate. Cuando falleció su suegra, dejando una gran fortuna, Argote de Molina se fue a vivir a Gran Canaria, donde participó en la defensa de la isla del ataque del corsario Francis Drake (ca. 1543-1596) en 1595. Murió en Las Palmas en 1598. Fue retratado por Francisco Pacheco (1564-1644) en su Libro de retratos, con unas elogiosas notas biográficas.
Publicó el Libro de la montería y la Historia del gran Tamorlán, y escribió la Nobleza del Andaluzía, por su preocupación por los linajes ilustres y la heráldica.
A Argote de Molina debemos también una edición de El Conde Lucanor (1575) que acompañó de un «Índice de algunos vocablos antiguos que se hallan en este libro, para noticia de la lengua castellana» en el que puso 239 palabras que consideraba que en su época ya no eran usadas, y que tienen interés lexicológico. La edición de El Conde Lucanor de Argote de Molina tuvo una nueva salida en 1642 (Diego Díaz de la Carrera a costa de Pedro Coello, Madrid), que también contenía el «Índice de algunos vocablos», aunque con 34 entradas menos que en la primera edición.