Agustín de San Juan Bautista fue un religioso y latinista español del siglo XVIII. La vida de este autor presenta bastantes interrogantes. Se sabe que nació en la localidad de Estopiñán del Castillo, en la Ribagorza oscense, a finales del siglo XVII. Seguidor de la estela de su paisano San José de Calasanz (1556 o 1557-1648), ingresó en la orden creada por este y se formó (no se sabe dónde) con resultados brillantes. Concluidos sus estudios, comenzó su actividad, focalizada en la docencia, especialmente de la lengua latina. Se sabe que tuvo diferentes destinos antes de alcanzar la dirección del primer centro, el de Villacarriedo (Cantabria) en 1746. Rápidamente retornó a los territorios de la antigua Corona aragonesa, ocupando la dirección del colegio escolapio de Valencia. Terminó sus días como provincial calasancio en Aragón y murió en Barbastro (Huesca) en 1755.
Nuestro autor fue un destacado estudioso de la lengua latina, a cuyo análisis dedicó numerosas publicaciones. La más importante de todas ellas fue la edición comentada y traducida de la Gramática latina de Elio Antonio de Nebrija […], publicada póstumamente por su correligionario Pedro de Santa María Magdalena, Sch. P. (finales del s. XVII-1767). El contexto político inmediato a la muerte del latinista aragonés, marcado por la expulsión de los jesuitas (1767) y la asunción calansancia de las labores pedagógicas abandonadas por estos, fue el responsable de la enorme difusión de las obras del ribagorzano. En 1771, Pedro de Santa María Magdalena, como profundo conocedor de la obra de San Juan Bautista, compendió su Gramática latina, la dividió en dos partes y la imprimió en los talleres de Francisco Moreno en Zaragoza; cuatro años después se hizo una reimpresión, a la que siguieron muchas más. Este compendio fue rápidamente adoptado como texto oficial en las escuelas pías catalanas y aragonesas, por lo que durante los decenios siguientes –y hasta bien entrado el siglo XIX– fue repetidas veces reimpreso en prensas de Vich, Mataró, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Alcoy… La gran aportación de Agustín de San Juan Bautista a la enseñanza de la lengua latina en España fue el abandono definitivo del método nebrisense, propuesta propia de nuestro escolapio que –casualmente– coincidió en espacio y tiempo con la directriz (1768) de Carlos III, según la cual la Gramática y las Letras Humanas debían ser explicadas en la lengua del reino, el castellano.