Son muy pocas las noticias que tenemos de Juan Galicia Ayala. Por las portadas de sus obras sabemos que era catedrático de instituto, sin duda de lengua francesa. Por los lugares de impresión de sus manuales y programas de las asignaturas podemos ir intuyendo cuál fue su trayectoria docente: primero en Valladolid (al menos en 1883), después se trasladaría a Málaga, donde debía encontrarse ya en 1885, permaneciendo hasta el curso 1894-1895 (en 1894 aparece en la ciudad la 4ª edición del Método de lengua francesa para el primer curso), en 1898 y 1899 debía encontrase en Mahón, para regresar a Málaga en 1908 como parece probar el Curso preparatorio. Todavía era catedrático de instituto y enseñaba francés en la Escuela Normal Superior de Maestras de Málaga durante el curso 1909-1910, cuando tuvo como alumna a Victoria Kent (1889-1987), y firma el Resumen de la Memoria del curso académico 1910 a 1911 (El Progreso, Málaga, 1911) del Instituto Provincial de Málaga. Murió en esta ciudad el 21 de octubre de 1915, según la esquela publicada en El Imparcial de Madrid el 26 del mismo mes.
Galicia Ayala publica sus tratados para ir adaptando a los planes de estudios la enseñanza del francés, que se había reintroducido entre las asignaturas de la Enseñanza Media por el decreto de 1880. La primera de sus obras que nos interesan aquí es la Gramática francesa, donde sigue el repetido método Ollendorff, en el que introduce una novedad al incorporar la pronunciación figurada de las palabras en las listas de voces que se reparten a lo largo del manual. Durante la verosímil estancia en concibe otro método de enseñanza, Le Gaulois, en cuyo Método completo va insertando, a modo de una crestomatía, una serie de textos de de carácter literario, cultural y moral para que los alumnos los vayan traduciendo en su progreso de la asignatura. En torno a él desarrolla una colección de obras como la Clef des thèmes. Ya en Málaga concibe el Método recreativo para el que escribe el Curso preparatorio. Su preocupación no era solamente la lengua francesa, sino también la española, y así da a la luz en Mahón unas Reglas generales para el empleo de los signos de puntuación, obrita con la que pretende que sus alumnos aprendan a puntuar adecuadamente en español, aunque no olvida el francés. Además de todos estos tratados publica otros materiales didácticos, como crestomatías de la lengua francesa, y los programas de las asignaturas, para cumplir con las obligaciones docentes, y algunas memorias académicas anuales de los centros por los que pasa.