No son muchas las noticias que poseemos sobre la vida del humanista Francisco Cascales, y en ocasiones contradictorias. Nació probablemente en 1559, pero no se sabe dónde; se ha propuesto la localidad de Fortuna (Murcia), aunque por entonces la familia se había instalado en la parroquia de Santa Catalina (Murcia). Debió comenzar sus estudios antes de 1579, fecha en que lo encontramos en Murcia, ciudad en la que no estaba en 1587. No tardó mucho en cambiar los libros por las armas, y en 1585 se alistó en el ejército de Flandes, lo que le permitió viajar por diversos países y frecuentar las aulas de distintas universidades. Es probable que nuestro humanista estudiara en la universidad valenciana, y que se graduara en ella, si no lo había hecho antes en alguna de las que estuvo en el extranjero. Sin embargo, en los primeros días de 1594 se hallaba de vuelta en Murcia, donde vivió con desahogo, tras su primer matrimonio en 1595 (quedó viudo en 1608, fecha en que volvió a contraer matrimonio, enviudando nuevamente en 1634). En 1598 decidió instalarse a la vecina Cartagena, habiendo pasado antes de 1597 por Valencia como profesor de Gramática. En ese año de 1597 obtuvo la cátedra de Gramática del Concejo de Cartagena. En 1601 ya utilizaba en su firma el título de licenciado, año en que el Cabildo de la catedral de Murcia lo eligió, tras la correspondiente oposición, como catedrático de Gramática del colegio catedralicio de San Fulgencio, creado pocos años antes (en 1592). Allí debió pasar el resto de su vida, no siempre cumpliendo como era debido con sus obligaciones docentes. Sabemos que durante los últimos meses de 1614 se encontraba en Madrid, donde se relacionó con los escritores que se hallaban en la Corte, habiendo sido amigo de Lope de Vega (1562-1635). Murió en Murcia el 30 de noviembre de 1642.
Cascales publicó obras de diverso género, unas de creación, otras de carácter histórico, pero es más conocido por las dedicadas a la poética, especialmente por las Tablas poéticas (Luis Berós, Murcia, 1617). A nosotros nos interesa en la BVFE por ser autor de unas Novae in grammaticam observationes, que vieron la luz en la segunda edición de las Tablas poéticas (1779), preparada por Cerdá y Rico, estudiadas y reeditadas por García Berrio (1968), y por López Martínez y Hernández Sánchez (2006), con la traducción al español. En ellas Cascales da muestras de ser un profundo conocedor de la lengua latina, pese a ser unas meras observationes (especialmente sobre el nombre y el verbo, aunque también trata de prosodia y métrica) con las que desea corregir los errores que se venían arrastrando, incluso los de Nebrija y Sánchez de las Brozas. Son el fruto de la preocupación del profesor de lengua latina por lo que enseñaba, y de sus sólidos conocimientos gramaticales.