Luis Millares Cubas, primogénito de su familia, nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1861. A los siete años inicio su formación en el Colegio de San Agustín de su ciudad, al que volvería más tarde como profesor de Física y Química; una vez hubo obtenido el título de bachiller, se marchó a Barcelona para estudiar Medicina entre 1878 y 1883. Nada más completar la carrera, regresó a su isla natal, en la que desempeñó su labor profesional en el Hospital de San Martín, primero como médico auxiliar (1884), luego como médico primero (1890) y finalmente como médico decano, hasta que renunció a su puesto en 1922. Compaginó sus obligaciones como médico con sus aficiones artísticas, la música y el teatro, por las que sintió especial interés desde edades muy tempranas. También fue director de la revista El Museo Canario. Pocos años antes de fallecer, fundó la Clínica Millares.
Luis Millares Cubas fue una figura reconocida y respetada por su intachable carrera profesional, pero también se granjeó el éxito en el mundo de las letras. Pese a que firmaba con un pseudónimo, se sabe que publicó sus poemas juveniles y numerosos artículos de materia científica y artística en periódicos. Desde 1894, año de la aparición de De la tierra canaria. Escenas y paisajes (Tipografía de los hijos de M. G. Hernández, Madrid, 1894), su hermano, Agustín Millares Cubas (1863-1935), y él firmaron varias obras narrativas y dramáticas, que se desarrollan en escenarios que recuerdan a los paisajes canarios y cuyos personajes son el reflejo de la población canaria del momento. Este afán por dar a conocer la cultura de las Islas desembocó en la redacción del Léxico de Gran Canaria, que apareció por primera vez en 1924. Tras la muerte de Luis, en 1932, fue refundido por Agustín en Cómo hablan los canarios, que incorporaba novedades con respecto a la compilación anterior. A pesar de que su intención se acercaba más al costumbrismo que al campo filológico, Cómo hablan los canarios sentó las bases para el estudio de esta variedad dialectal que, hasta ese momento, solo había sido observada y anotada en registros léxicos. Entre sus logros se encuentran la clasificación de los términos siguiendo un criterio etiológico, los ejemplos en los que materializó la realidad lingüística insular y las definiciones que contenían impresiones muy acertadas.
Agustín Millares Cubas nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1863. En 1870 comenzó sus estudios en el Colegio San Agustín de Las Palmas y, ocho años más tarde, abandonó su isla natal para formarse en Derecho civil y canónico y en Filosofía y Letras en Barcelona. Regresó en 1884 para impartir, en el mismo colegio donde estudió, las clases de Retórica y Filosofía. Un año más tarde, ingresó en el Colegio de Abogados y ejerció como fiscal municipal de Las Palmas de Gran Canaria. Desde 1892 fue relator interino de la Audiencia de Las Palmas y, entre 1887 y 1889, registrador de la propiedad interino de Guía (Gran Canaria). Desempeñó el cargo de asesor de marina de la isla (1890-1895), fue diputado provincial por la isla de Lanzarote (1888-1892), y notario en Las Palmas desde 1895 hasta el momento de su muerte. Más brevemente, ocupó cargos directivos en el Colegio Notarial: tesorero-secretario, decano y secretario. Presidió en dos ocasiones la revista El Museo Canario entre 1907 y 1912 y, de nuevo, durante unos meses en 1930. Falleció en 1935, a causa del agravamiento de una enfermedad que sufría desde 1930.
Tanto él como su hermano Luis Millares Cubas (1861-1925) fueron conocidos por su producción literaria, que alberga varias obras narrativas y teatrales. En todas ellas, los hermanos Millares retrataron la sociedad, la geografía y la variedad dialectal de las Islas Canarias y, tras varios años de observación para sus propósitos literarios, decidieron redactar un repertorio lexicográfico –Léxico de Gran Canaria (1924)– que recogiese las peculiaridades del habla canaria. La refundición del Léxico, bajo el titulo Cómo hablan los canarios en 1932 –ocho años después de la muerte de Luis–, y la adición de 150 entradas más fue labor exclusiva de Agustín Millares Cubas. La intención de esta publicación no difirió sustancialmente de las anteriores: mostrar la realidad insular, en este caso, lingüística. Para ello se apoyó en los ejemplos que acompañan a las definiciones de las más de 600 unidades –simples y fraseológicas– que conforman esta obra, todas clasificadas según su origen. Dado que no había una pretensión academicista, no se observa el rigor propio de una obra con estas características en la ordenación de las voces ni en las definiciones que, por contra, si contienen ciertas impresiones del autor bastante acertadas. Esto hizo de Cómo hablan los canarios la primera obra en aproximarse al estudio filológico de la variedad lingüística de las Islas.