Emiliano de Arriaga y Ribero, compositor y escritor bilbaíno, sobrino nieto del conocido compositor Juan Crisóstomo de Arriaga (1806-1826), fue autor de varias obras musicales (La Romanesca, Amanecer en Deusto, Chimberiana, rapsodia bilbaína, o las Bilbainescas), así como de diversos textos musicológicos y literarios, estos últimos de corte costumbrista y centrados principalmente en la villa de Bilbao, pero también en la provincia vizcaína. Compuso, además, un himno a la Virgen de Begoña con letra de Sabino Arana (1865-1903). Entre las obras literarias podemos señalar Chipli Chaplas, esparcimientos marítimos (1898), La pastelería (1908), o las series Vuelos cortos (la primera, publicada en 1893 y la segunda en 1895). En ellas, destaca la nostalgia por el Bilbao tradicional anterior al crecimiento urbano, la explotación minera y la llegada de emigrantes de otras provincias, imagen de gran presencia en la burguesía conservadora bilbaína del periodo. Arriaga llegó a ser, además, síndico del Colegio de Corredores Marítimos y teniente de alcalde en Bilbao (1880-1881), fundó —y presidió— la Sociedad Filarmónica y el Centro Vasco, y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bilbaína. Falleció en la localidad de Zuazo (Álava) en 1919.
Una de las obras más importantes de Arriaga es el Lexicón etimológico, naturalista y popular del bilbaíno neto, publicado en Bilbao en 1896. El Lexicón constituye un breve repertorio lexicográfico en el que se incluyen algo más de mil voces pertenecientes al léxico de un supuesto dialecto bilbaíno (extinguido ya en las décadas anteriores) que Arriaga defiende siguiendo –según afirma Jon Juaristi– la estela de otros autores, como Sabino Goicoechea (1829-1901) o Miguel de Unamuno (1864-1936). Este último había tratado de esbozar, mediante el vocabulario de juegos infantiles y canciones populares, las características de dicho dialecto, cuya existencia terminó rechazando. La obra de Arriaga, que suscitó cierta polémica en su época, fue reeditada en 1960 por el lingüista y vascólogo Luis Michelena (1915-1987), quien la presenta como una muestra de la presencia de una «lengua criolla» hablada en el Bilbao decimonónico, tesis que ha sido revisada por diversos autores.