John Bowring fue un viajero, escritor, economista, hispanista, eslavista, folklorista y político británico, además del IVº gobernador de la ciudad de Hong Kong. Bowring fue un personaje vital, erudito, apasionado en la defensa de sus ideas y muy controvertido. Nuestro autor nació en la ciudad de Exeter (condado de Devon, Inglaterra), en 1792, en una familia de comerciantes cuyo principal negocio era la exportación e importación de manufacturas a China, razón por la cual Bowring estableció desde su infancia una relación especial con Extremo Oriente. Sus ascendientes, además de mercaderes, eran fervientes unitarios (una rama del anglicanismo heredera del arrianismo tardorromano y altomedieval), motivo por el cual toda la formación del autor tuvo lugar en instituciones confesionales unitarias; de hecho, Bowring pensó en ordenarse ministro, idea que finalmente descartó. Sus primeras experiencias profesionales estuvieron relacionadas con la empresa familiar, esta, durante la Guerra de Independencia española (1808-1814) –en la que el Reino Unido contribuyó a la derrota de las tropas napoleónicas–, se dedicó al abastecimiento y la logística del ejército de Su Majestad. De esta manera Bowring recorrió la Península Ibérica desde Portugal a los Pirineos y se familiarizó con la lengua española. Derrotado Napoleón (1769-1821), y hasta 1827, siguió dedicándose a actividades mercantiles en el suroeste de Europa (Francia, España y Portugal), gracias a lo cual perfeccionó y amplió su conocimiento de idiomas. Terminada esta etapa, y gracias a los saberes acumulados, comenzó a publicar en revistas de pensamiento y teoría económica, desde cuyas páginas defendió con vehemencia el libre comercio. Gracias a esas publicaciones alcanzó notoriedad en las capas intelectuales británicas, intentó entrar en el Parlamento defendiendo ideas reformistas y penetrar en el mundo académico; sin embargo, debido a diferencias ideológicas con sus superiores fue rechazo en todas esas instancias. Así las cosas, retornó al Continente, esta vez a los Países Bajos y a Escandinavia, donde sus teorías tenían mayor cabida, y donde alcanzó el doctorado en Derecho por la Universidad de Groninga (Países Bajos). A comienzos del decenio de 1830, el nuevo gobierno británico, encabezado por el whig Charles Grey (1764-1845), quien había puesto fin a más de treinta años de gobierno tory, recuperó a nuestro autor, quien –amparado por el prestigio adquirido en la Europa continental protestante– consiguió entrar, por fin, en el gobierno y en parlamento de Westminster. En 1847, consagrado como político, escritor y economista, Bowring empezó su carrera diplomática, ocupando diversos consulados en ciudad chinas hasta auparse como gobernador de Hong Kong (1854-1859), ciudad en la que realizó importantes mejoras. El expansionismo colonial británico, vertebrado en torno a la defensa –cuando no imposición– del libre comercio, ideas de las que Bowring era abanderado, fue tensionando la relación con la China imperial. Un suceso acaecido en Hong Kong, y la gestión que de él hizo el gobernador Bowring, provocó el estallido de la Segunda Guerra de Opio (1856-1860). Huyendo de la guerra, de acusaciones de corrupción y de un intento de envenenamiento que causó el fallecimiento de su esposa, realizó en 1858 un viaje oficial a Filipinas. Caído en desgracia regresó a Europa, donde desempeñó cargos menores de la diplomacia británica en Italia. Completamente desprestigiado, aceptó un cargo del gobierno de Hawai (nación independiente en la época) para ser su representante ante los tribunales europeos. Ya jubilado, nuestro autor regresó a Inglaterra donde se entregó a tareas eruditas y a la defensa de su confesión religiosa. John Bowring murió en 1872, con 80 años, en su ciudad natal.
Bowring fue políglota casi desde su nacimiento (él decía que conocía más de 200 idiomas), y un gran estudioso de la tradición literaria de diversas lenguas (románicas, eslavas o germánicas), de las que publicó decenas de libros. Tras su cese como gobernador de Hong Kong, y para superar el bache personal, se volcó en la escritura de un libro en el que narró su viaje por archipiélago filipino, A visit to the Philippine Islands (Smith, Elder & Co., Londres, 1859). El capítulo XIX de ese libro contiene un resumen de proverbios tagalos traducidos al inglés. En 1876, 17 años después de su publicación, se imprimió en Manila la primera edición de la obra en español, a instancias del comité editorial de la Revista de Filipinas, la publicación más influyente de la Manila de entonces. En ella, en el capítulo 19, págs. 279-287, se recoge una colección de «Proverbios populares» en tagalo con su traducción o equivalente en español. Es también autor de una selección de poesía española (y portuguesa) que tradujo al inglés: Ancient poetry and romances of Spain (Taylor and Hessey, Londres, 1924).