Fray Domingo de Vico nació en Úbeda (Jaén), aunque se desconoce la fecha. Para algún cronista dominico fue en 1485, aunque hay autores que barajan la de 1519. En su ciudad natal tomó los hábitos de Santo Domingo y realizó labores asistenciales en el Convento de San Andrés. Más tarde se trasladó a Salamanca y de allí partió (hacia 1541), en la expedición del también dominico Bartolomé de las Casas (1474 o 1484-1566), a la Nueva España, virreinato en el que desarrolló su labor misionera: fue vicario general, prior de varios conventos de Guatemala y Chiapas, fundador de San Andrés (Chiapas, México) y primer obispo de Verapaz, en la Capitanía General de Guatemala, actualmente en Guatemala, región en la que los indígenas opusieron una feroz resistencia a la conquista española, que, sin embargo, se sometieron a los dominicos, guiados por fray Bartolomé de las Casas. Vico fue martirizado y muerto en Verapaz, en 1555, tras una emboscada que le tendieron los indios lacandones.
Cuentan las crónicas que en los diez años que pasó entre los indígenas guatemaltecos, Vico aprendió siete idiomas y compuso varias obras religiosas y lingüísticas de gran trascendencia. Es autor, entre otras, de la conocida Theologia indorum, traducción comentada de textos bíblicos a varias lenguas amerindias, y de un Vocabulario de la lengua cakchiquel con advertencia de los vocablos de las lenguas quiché y tzutuhil. Esta última obra, que debió componer en torno a 1555 en Guatemala, es el primer vocabulario de las lenguas mayas. La mayor parte de sus obras no llegaron a publicarse y los manuscritos se encuentran desaparecidos, si bien las referencias a ellas nos han llegado a través de las crónicas de otros misioneros y de antiguos catálogos.