Juan Esteban de Izaga (o Ízaga, como también aparece impreso su apellido) Beltrán de Guevara fue un músico, político y abogado guipuzcoano. Nació en Salinas de Léniz (Guipúzcoa) en 1796. Antes incluso de iniciar sus estudios, comenzó su formación musical, ya que, desde muy joven, mostró inclinaciones artísticas. Cursó Latinidad en Mondragón y Filosofía y Lógica de la mano de los franciscanos de Nuestra Señora de Aránzazu (1808-1809). Se matriculó en Derecho en la Universidad de Oñate en 1814 y, durante los cuatro años que dedicó a formarse como abogado, dirigió la orquesta universitaria; al mismo tiempo, culminó sus estudios musicales con José Ignacio Larramendi (1786-1855). En 1819, recibió el título de licenciado y doctor en Derecho, tras lo cual regresó a su localidad natal, donde erigió la capilla de San Millán, de cuya dirección se hizo cargo. Poco después, ganó por oposición la cátedra de Códigos en la Universidad de Oñate. En 1823, recién instalado en Madrid, comenzó a trabajar como pasante del ilustre abogado Ramón de Salas y Cortés (1753 o 1755-1837), lo que le valió la habilitación de abogado de los Reales Consejos al año siguiente. En ese mismo año, ocupó la cátedra de Derecho Constitucional en el Ateneo Científico y Literario, al que estuvo vinculado, al menos, hasta 1836. Entre sus cargos oficiales destacan el de consultor de la mayordomía de la reina regente María Cristina de Borbón (1806-1878), el de síndico del Ayuntamiento de Madrid, así como su cargo de diputado por Guipúzcoa en 1834 y 1836. Fue, asimismo, director del periódico El Español. Falleció en Madrid en 1837.
Juan Esteban de Izaga redactó una Ortografía castellana con fines didácticos donde resumió la teoría ortográfica del español en poco más de cuatro decenas de reglas. Frente a las tradicionales listas de palabras de ortografía dudosa que cerraban los manuales de estas características, Izaga acabó su Ortografía con la propuesta de un método práctico para la enseñanza de la materia. Esta obra fue reimpresa en 1821 por Silverio Lleyxá (Barcelona) y en 1823 por G. del Río (Lima). En cuanto a su faceta como músico, apenas se han conservado obras o arreglos del autor, estos últimos reunidos en entregas con el título El eco de la ópera italiana. Al parecer, fue obra suya el himno que sonó en la jura de Isabel II como princesa de Asturias.