Vida
Nicolás Casas de Mendoza fue uno de los mayores protagonistas de la reforma y la modernización de la disciplina veterinaria en España. Huérfano y en una situación económica muy precaria, consigue una beca para estudiar como alumno interno en la Real Escuela de Veterinaria en Madrid y depende del sueldo de su hermano, que trabaja como auxiliar de la misma escuela.
A pesar de las dificultades, consigue terminar sus estudios y gana por oposición el empleo de segundo mariscal del primer escuadrón del Cuerpo Nacional de Artillería, puesto que ocupa durante un año (1822-1823). Cuando es destituido, ejerce como veterinario clínico en una localidad de Cuenca hasta 1827, año en el que gana la plaza de vicecatedrático de Fisiología e Higiene. Posteriormente (1847-1868) es director de la Escuela de Veterinaria de Madrid. Además, funda el Monitor de Veterinaria (1850-1868), forma parte del Real Consejo de Agricultura, Industria y Comercio, de la Asociación de Ganaderos, de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y ocupa un sillón en la Real Academia Nacional de Medicina.
A lo largo de los diferentes puestos que ocupa, Casas de Mendoza persigue la modernización de la veterinaria y promueve la eliminación de viejas instituciones y la creación de nuevos programas de estudio con el objetivo de equilibrar el nivel de competencia científica con otros países europeos. Además, lucha por la apertura de nuevas escuelas de veterinaria en Córdoba y Zaragoza, y defiende la importancia de relacionar la veterinaria con otras disciplinas como la agricultura y la ganadería.
En este sentido, publica un Diccionario de agricultura y ganadería (1857) que recoge voces propias de la agricultura y de la zootecnia ordenadas alfabéticamente. Sin embargo, no solo realiza una definición de los términos, sino que desarrolla explicaciones detalladas acerca de la aplicación, de la distribución geográfica, de la composición, etc. de la especie en cuestión.