Placido María Orodea (La Rioja, 1800-Valladolid 1850) fue abogado y profesor de humanidades durante las primeras décadas del siglo XIX. Aunque natural de Villalba de La Rioja, pasó la mayor parte de su corta vida en Valladolid, ciudad en la que nacieron sus tres hijos y donde contrajo matrimonio con Inés María Eulogia Ibarra.
Licenciado en derecho y miembro del colegio de abogados de Valladolid y Burgos, combinó su labor de abogacía con la de preceptor de latinidad, retórica y poética, y profesor interino de perfección de latín en la Universidad Literaria de Valladolid. Además, fue miembro de varias corporaciones literarias.
Muy vinculado con el ejercicio de traducción publicó unas Lecciones de traducción (1829), dirigidas a los jóvenes que se dedican al estudio de la lengua latina. Fruto de la buena acogida entre el público receptor, surgen nuevas ediciones con títulos diferentes como Lecciones escogidas de latinidad para traducir con suma facilidad los autores clásicos (1834). A pesar de la modificación en el título, la metodología es la misma: se explican contenidos teóricos y gramaticales sobre la lengua latina a través de fragmentos u obras de los autores clásicos. Mismo modelo, pero adaptado a la lengua española, fue el que siguió para el Libro clásico de los niños […] (1845), manual instructivo destinado a las escuelas primarias con el objetivo de que los discípulos conocieran los principios gramaticales y los autores clásicos desde muy temprana edad, facilitando así su posterior adquisición.
Finalmente, alejado de la traducción, escribe un Compendio de las definiciones y principios de la gramática general […] (1843) y un Manual práctico de gramática y retórica castellana […] (1845), en el que incorpora no solo explicaciones teóricas sobre preceptos gramaticales, sino que incluye un conjunto extenso de locuciones, oraciones y giros propios de la lengua española, que sirven al lector para conocer el idioma en su totalidad.