Desconocemos la fecha y el lugar de nacimiento de Ramón Robles Rodríguez. Las primeras noticias que circulan sobre su figura son de 1891, fecha en que su nombre empieza a aparecer periódicamente como opositor a distintas plazas vacantes de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios, hasta que el 14 de enero de 1893 consigue una de ellas, con destino en Santiago. No obstante, parece que su aspiración real era la docencia, pues desde 1894 consta de manera continuada como opositor a cátedras de francés de distintos Institutos y Escuelas de Comercio, sin que consiguiera, al parecer, ninguna de ellas. De su destino inicial como archivero en Santiago de Compostela, pasa a la Biblioteca Universitaria de Sevilla en 1895. En 1903 abandona temporalmente su trabajo gracias a una licencia, hasta que en 1905 reingresa nuevamente en el cuerpo, en esta ocasión, con destino en el Archivo general del Ministerio de Hacienda.
El 5 de agosto de 1905 aparece publicada en la prensa la concesión de una patente por veinte años por la creación de un “nuevo procedimiento artificioso de distribución lexicográfica para la formación de diccionarios vocabularios, listas, índices, guías y anuarios comerciales, catálogos y nomenclatores de cualquier género en lengua castellana y su aplicación también á la enseñanza de idiomas extranjeros”.
Se sabe de manera indirecta de su fallecimiento en 1920 por la publicación que la Revista de archivos, bibliotecas y museos hace del ascenso a jefe de tercer grado de Rafael Vidal y García, además de por la constancia que en esta misma revista se deja del derecho a la pensión de Montepío de Ministerios por parte de su viuda, Dña. Ermitas Pazos Vieites.
Ramón Robles publicó a lo largo de su vida algunas importantes obras relacionadas con la fonética y la ortografía, tales como Ensayo de fonética general, ó Análisis de los sonidos orales aplicables al lenguaje (1900) o Cartilla fonética para enseñar á los niños y sordo-mudos el arte de la lectura (1904), que obtuvieron una buena recepción en periódicos como, por ejemplo, Gedeón o la Revista de Archivos, bibliotecas y museos, en la que, en relación con el primero de estos libros, se afirmaba que “es uno de los mejores de fonética general que se han escrito dentro y fuera de España”. El Índice de la Revista de archivos, bibliotecas y museos 1871-1957 (1959: 382) indica también que fue autor de la obra Nueva teoría de las letras vocales, obra que apareció como publicación seriada en la Revista de archivos, bibliotecas y museos (1911).
Aunque no fue la única materia tratada en sus trabajos, las colaboraciones de Robles en la prensa periódica versan principalmente sobre fonética y ortografía. En La Escuela Moderna publicó, por ejemplo, entre 1903 y 1904, de manera seriada su artículo “De abecedario” y en 1904 sacó a la luz también “La lectura facial”, un trabajo centrado en los problemas de enseñanza a sordomudos. Pero sus contribuciones más interesantes a este respecto son los que desarrolló entre octubre de 1904 y noviembre de 1906 al respecto de la reforma ortográfica, bajo los títulos de “La reforma de la ortografía alfabétika”, “Zírkulo Bizioso”, “Enlaces fonétikos”, “Ponerse de akuerdo”, “La eskrituta fonétika” o “Kontrarréplika”, que supusieron una acalorada polémica con Luis Santullano y otros autores de la época. En la revista El lenguaje, dedicada a la filología, donde ejercía como director, también publicó trabajos similares, como sus “Remiendos a la Academia”, en 1912, que reproduce una carta a la Academia recomendando algunas correcciones de índole gramatical en lo referente a la fonética, así como otras colaboraciones de diferente índole.
Robles es también autor de otras obras como el Calendario mozárabe del Códice visigótico de la Universidad Compostelana, conocido con el nombre de “Diurno del Rey Femando I” (1902) o una traducción de Beatus Ille de Horacio (1906).