Pedro Simón Abril nació en Alcaraz (Abacete) en 1530. Los escasos datos biográficos que tenemos a nuestra disposición se deben a las dedicatoria que él mismo incluyó en sus obras. De la dedicatoria de su Arte poética (1573) se desprende que fue criado por su tío Alonso Simón, médico que le enseñó la lengua latina y le transmitió la pasión por las letras. A ciencia cierta se ignora en qué universidad hizo sus estudios de filosofía y matemáticas, tal vez en la Universidad de Valencia. Se dedicó totalmente a la docencia, actividad que desarrolló en varios lugares, tales como Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) y Uncastillo (Zaragoza) entre 1566 y 1570, año en que la Universidad de Huesca consiguió una orden de excomunión contra él por enseñar materias exclusivas de esa universidad (Artes y filosofía). Fue declarado contumaz y excomulgado desde los púlpitos hasta que finalmente cedió y obtuvo la absolución en mayo de 1571. Enseñó también griego, filosofía y poesía en la universidad de Tudela (Navarra), y el 24 de mayo de 1583 fue nombrado uno de los primeros académicos de la Universidad de Zaragoza, donde enseñó Latinidad, Griego y Retórica. Falleció en Medina de Rioseco (Valladolid) en 1595.
Pedro Simón Abril fue una de las figuras más importantes del Humanismo español. Humanista, helenista, pedagogo, traductor, son algunas de las facetas de su labor intelectual. La verdadera extensión de su bibliografía ha suscitado acalorados debates entre los estudiosos. Es recordado sobre todo por su distinguida traducción de las obras de Aristóteles, en 1572 apareció en Toledo Aristoteles, Introductio ad logicam y en 1584 fueron publicados en Zaragoza Los ocho libros de República del filósofo Aristóteles. A Simón Abril se atribuyen también Las seis comedias de Terencio escritas en latín y traduzidas en vulgar castellano (1577), Aesopi Fabulae (1575) y otras muchas de Platón (Cratilio, Gorgias), Eurípides (Medea) y Aristófanes (Pluto).
Una larga parte de su bibliografía está dedicada a la enseñanza de las lenguas latina y griega. Cabe destacar que su amplia experiencia docente le hizo concebir una estrategia pedagógica moderna para su época. Defendía la enseñanza en lengua vulgar, y se apoyaba a la traducción como ejercicio de enseñanza de lenguas. De hecho, en 1583 publicó Los dos libros de la grammática latina escritos en lengua castellana, y en 1586 La gramática griega escrita en lengua castellana. En esta el autor enumera sus traducciones y sugiere un esquema de aprendizaje.
Como pedagogo, merece una mención su obra más célebre en la que defiende el papel de las matemáticas como fundamento general del saber científico: Apuntamientos de cómo se deben reformar las doctrinas y la manera de enseñarlas (1589).