Niceto Alonso fue un canónigo y escritor español, activo a finales del siglo XIX. Nació, en 1841, en la villa riojana de Enciso; la investigación no maneja datos sobre el contexto familiar que marcó los primeros años de su vida. El riojano fue un brillante estudiante, y así lo demostró durante su paso por los seminarios de Calahorra (La Rioja), Palencia y Toledo; gracias a los méritos adquiridos, obtuvo (1859) una beca para estudiar Teología en el seminario de Logroño, a lo que se dedicó con ahínco –y lo compaginó con la formación en Derecho canónico en Vitoria y Tudela (Navarra)– hasta obtener la licenciatura (1862) y el doctorado (1864). Con menos de 23 años se ordenó sacerdote, por lo que hubo de solicitar la dispensa papal; nunca ingresó en ninguna orden religiosa, pues decidió vivir su fe como sacerdote diocesano. Culminada una fulgurante trayectoria académica, se le abrieron las puertas, ya como docente, de numerosas instituciones: fue catedrático de Teología en el seminario de Logroño y, desde 1866, en el de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja); en 1870 consiguió la canonjía magistral de Tudela, y, tres años después (1873), la de Lérida, de cuyo seminario fue catedrático y rector. Desde 1875 su vida quedó ligada a la ciudad de Valencia por el ascenso a su arzobispado de Antolín Monescillo Viso (1811-1897), religioso manchego que había ocupado la diócesis de Calahorra durante los años de formación de Niceto. En la capital del Turia ejerció la canonjía doctoral de su catedral y retuvo, hasta su muerte, varias cátedras en el seminario diocesano de la ciudad. Niceto Alonso Perujo fue uno de los principales restauradores españoles de la filosofía tomista y de las prácticas escolásticas, tendencia eclesiástica en boga en aquel momento y pilar doctrinal del Neocatolicismo de finales del siglo XIX; por ello, su prestigio intelectual fue enorme en determinados círculos de la época –concretamente, en los más conservadores–. Nuestro autor falleció prematuramente en Valencia, con solo 49 años, en 1890.
El trabajo lexicográfico de Alonso fue subsidiario de su condición de teólogo; por ello redactó, junto con Juan Pérez Angulo (¿?-1864-1890-¿?), el Diccionario de ciencias eclesiásticas, monumental repertorio en diez tomos con más de 9700 entradas sobre diversas cuestiones doctrinales, teológicas, históricas, litúrgicas, pastorales… La obra fue publicada en un lapso de ocho años: el tomo I (a), en 1893; los tomos II y III (b-c) y (c-d), en 1885; el tomo IV (e-f), en 1886; el tomo V (g-i), en 1887; los tomos VI y VII (j-ll) y (m-o), en 1888; los tomos VIII y IX (p-q) y (r-s), en 1899; y el tomo X (t-z), en 1890. Tal como era habitual en la época, y aunque la edición príncipe se realizó en Valencia, se personalizaron algunas colecciones para libreros colaboradores, por lo que es común ver citado este diccionario como editado en Madrid (Librería católica e imprenta de San José) o en Barcelona (Librería de Subirana hermanos).
Juan Pérez Angulo fue un sacerdote y canonista español del siglo XIX. La vida de este autor es un completo enigma: parece que nació en Manzanares de Rioja (La Rioja) en algún momento de la primera mitad de la centuria decimonónica, aunque nada puede aseverarse con seguridad. Se le puede presuponer, por su futura integración en la Rota de la diócesis de Valencia, una licenciatura y un doctorado en Teología y en Derecho canónico; no en vano, parece que fue un canonista muy reputado en la época. En 1864 era diácono en la catedral de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja); cerca de 1870 se encontraba en Madrid, donde desarrolló una intensa labor como predicador en varias iglesias de la capital. En 1870, previo paso por el cabildo catedralicio de Tortosa (Tarragona), fue nombrado deán de la catedral de Manila, aunque se desconoce si llegó a viajar a las Filipinas. En torno a 1893 se encontraba ya en Valencia, ordenado caballero de la Orden de Santiago y como auditor en su tribunal de la Rota. Se desconocen la fecha y las circunstancias de su muerte.
Dentro del trabajo de composición del Diccionario de ciencias eclesiásticas, monumental repertorio en diez tomos con más de 9700 entradas sobre diversas cuestiones doctrinales, teológicas, históricas, litúrgicas, pastorales…, labor realizada al alimón con el riojano Niceto Alonso Perujo (1841-1890), la aportación de Pérez Angulo se centró en todos aquellos artículos que versaban sobre Derecho canónico, materia en la que nuestro autor llegó a ser un gran experto. La obra fue publicada en un lapso de ocho años: el tomo I (a), en 1893; los tomos II y III (b-c) y (c-d), en 1885; el tomo IV (e-f), en 1886; el tomo V (g-i), en 1887; los tomos VI y VII (j-ll) y (m-o), en 1888; los tomos VIII y IX (p-q) y (r-s), en 1899; y el tomo X (t-z), en 1890. Tal como era habitual en la época, y aunque la edición príncipe se realizó en Valencia, se personalizaron algunas colecciones para libreros colaboradores, por lo que es común ver citado este diccionario como editado en Madrid (Librería católica e imprenta de San José) o en Barcelona (Librería de Subirana hermanos).