Joaquín de Avendaño –pedagogo, gramático y diplomático español– nació en Vigo (Pontevedra) en plena Guerra de la Independencia (1808-1814). La investigación ha formulado distintas propuestas sobre la fecha de su nacimiento dentro del lustro 1810-1815: en la actualidad, parece haber unanimidad en señalar el año de 1812 como la fecha correcta. Avendaño cursó los estudios primarios y secundarios en su ciudad natal y comenzó los estudios de Derecho y Teología, nunca concluidos, en la Universidad de Santiago de Compostela. Fue seleccionado por la Diputación Provincial de Pontevedra para estudiar Magisterio en la Escuela Normal Central, en Madrid; ya licenciado (1843), consagró gran parte de su vida a la Pedagogía: fue director de las Escuelas Normales de Zaragoza (1844-1847), Córdoba y Valencia, ocupó cargos relacionados con este quehacer en la administración central –Inspector General de Instrucción Pública dependiente del Ministerio de Fomento presidido por Claudio Moyano (1809-1890)– desde los que participó en varias reformas del sistema educativo (entre ellas, la que forzó la sustitución de las academias de maestros, de tradición gremial, por las escuelas normales, de gestión gubernamental), impulsó la creación de numerosas publicaciones desde las que se propuso una discusión científica sobre la Pedagogía y compuso –unas veces en solitario y otras en colaboración con el también pedagogo Mariano Cardedera y Potó (1815-1893)– abundantes manuales de diversas materias para su utilización en las escuelas españolas. Avendaño siempre estuvo muy bien relacionado con los principales dirigentes del Partido Moderado, uno de los dos partidos hegemónicos que se alternaron en el poder durante el reinado de Isabel II (1833-1868). En 1856, tras abandonar la dirección de la Escuela Normal de Valencia como consecuencia del ascenso al Ministerio de Gobernación del progresista Leopoldo O’Donnell (1809-1867), comenzó su carrera diplomática: fue cónsul de España en Guayaquil (1857-1858), ante los Estados Pontificios (¿?-1863), Malta (1863), Newcastle (1864) o Génova (1868). Los datos sobre los últimos años de su vida son escasamente conocidos: se desconoce su reacción ante la Revolución de 1868 y su devenir durante el Sexenio Democrático (1868-1874), tampoco se sabe mucho más sobre su papel en la Restauración borbónica. Falleció en 1886 mientras veraneaba en Biarritz (Francia).
Su obra más importante, y la que compendiaba sus incursiones pedagógicas en distintas materias (entre ellas, la Gramática española), fue el Manual completo de instrucción primaria, elemental y superior. Alcanzó tal éxito que llegó a imprimirse dos veces en el mismo año; sin embargo, su composición le acarreó numerosos problemas: debido a que pasó la mayor parte del año 1844 en Madrid, velando por la correcta impresión de su obra, la junta de gobierno de la Escuela Normal de Zaragoza –de la que era director– lo llegó a suspender de empleo y sueldo hasta su reincorporación. Esta obra colectiva fue ampliada y reimpresa diez años después (1854) y llevada a las prensas por cuarta vez en 1859. Simultáneamente, Avendaño segregó los capítulos dedicados a la Gramática española, la Retórica y la Poética y los publicó de forma independiente (1849); esta obra también se reimprimió numerosas veces en los años centrales del siglo XIX. Solo un año después de la primera edición exenta de 1849, el texto fue adaptado para su uso en escuelas mexicanas con la supresión de los capítulos dedicados a la Ortología y a la Caligrafía y publicado en la capital azteca (Impr. de la Voz de la Religión, 1850); en 1868 fue llevada nuevamente a las prensas mexicanas, en este caso, las de la ciudad de Guanajuato.