Andrés de Jesús María y José Bello López nació en Caracas en 1781. Allí se licenció en Artes en 1800 y comenzó sus estudios de Medicina y Derecho, aunque no los finalizó. De manera autodidacta, aprendió inglés y francés, una decisión que le fue de gran ayuda para su posterior labor profesional. Dado que no provenía de una familia acomodada, pronto se vio obligado a buscar una fuente de ingresos. Comenzó dando clases particulares a jóvenes como Simón Bolívar (1783-1830) y, más tarde, consiguió algunos puestos en la administración colonial (1802-1810). Tras la declaración de la independencia venezolana, Andrés Bello marchó a Londres, en 1810, para velar por los intereses de la causa independentista, si bien, acuciado por las dificultades económicas, se encargó también de las relaciones internacionales de Chile y la Gran Colombia. Regresó a América, esta vez a Chile, en 1829, donde permaneció hasta su muerte, en 1865. En 1832 obtuvo la nacionalidad chilena que le permitió ocupar el cargo de senador de Santiago de Chile. Colaboró en la construcción de la nación mediante la elaboración de su Código Civil (Imp. Nacional, Santiago de Chile, 1856), la fundación de su universidad, de la que fue el primer rector, y ejerciendo cargos administrativos como el de oficial mayor del Ministerio de Hacienda.
Pese a que la mayor parte de su obra se publicó en Chile, durante sus años como diplomático en Londres llevó a cabo dos proyectos editoriales, que resultaron fallidos, cuyo propósito era servir de vehículo de transmisión de la cultura a las convulsas y recientes naciones americanas: la Biblioteca Americana y la revista titulada El Repertorio Americano. Además, dedicó su tiempo a la traducción y a la composición poética –Alocución a la Poesía y Silva a la Agricultura de la Zona Tórrida, entre otras–, así como a la redacción de escritos científico-literarios, entre los que destacan sus Indicaciones sobre la conveniencia de simplificar y uniformar la ortografía de América, que más tarde se reuniría en sus Obras completas. En él defendía la idea de que las reglas ortográficas se adecuaran a la pronunciación de la lengua, suprimiéndose así la h o las diferencias gráficas del fonema interdental. De similares características son sus Principios de ortolojía y métrica de la lengua castellana, de los que se imprimieron hasta cuatro ediciones. Otros de sus artículos relacionados con la lingüística española aparecieron en los proyectos anteriormente mencionados o en las revistas en las que colaboró –entre ellas El Araucano o Revista de Santiago. Publicó tres gramáticas: el Compendio de gramática castellana, la Gramática castellana para el uso de las escuelas y la Gramática castellana destinada al uso de los americanos. Se cree que la que se destinó a los escolares no fue redactada por él, sino que se valieron de su nombre con fines comerciales. En esta gramática pedagógica se exponen de manera sucinta algunas de las ideas que desarrolló Bello en su Gramática de 1847. De esta última, la más célebre, se conocen más de diez ediciones publicadas en distintos países de habla hispana. El propósito de Bello era crear una gramática para sus compatriotas americanos que dotara de unidad a la lengua castellana, teniendo en cuenta todas las variedades de la lengua. Lo más destacado es su carácter funcional y el tratamiento de los pronombres y de los tiempos verbales, de los que ya había escrito una obra, titulada Análisis ideolójica de los tiempos de la conjugación castellana, que no imprimió hasta su llegada a Chile. Además, editó en dos ocasiones la Gramática de la lengua latina (Imprenta de La Opinión, Santiago, 1838) de su hijo, Francisco Bello Boyland (1817-1845), tras la muerte de este: una segunda edición (2 vols., Imprenta Chilena, Santiago de Chile, 1846-1847) y una tercera (2 vols., Imprenta Chilena, Santiago de Chile, 1854) con la ayuda de Luis Antonio Vendel-Heyl (1786-1855)..