Manuel Buzeta fue un religioso y lingüista español nacido en la parroquia de Vinseiro (La Estrada, Pontevedra, España) en 1808. Pocos datos se conocen sobre su infancia, aparte de que fue un tío suyo, sacerdote, quien le enseñó las primeras letras. Se ordenó como agustino en el Real Colegio Seminario de Valladolid en 1826 y solo cuatro meses después partió hacia Filipinas. En este Archipiélago vivió más de 20 años desarrollando su labor pastoral por las provincias de Bulacán –preferentemente en una de sus localidades, Guiguinto– y Tondo (hoy, un distrito de Manila), tierras siempre próximas a la capital filipina. En 1849, nombrado vicario provincial y procurador en Cortes por Filipinas, regresó a España con el encargo de sus hermanos de congregación de acelerar las obras del Real Colegio de Valladolid (constituido en una suerte de cuartel general de los agustinos filipinos), que venían retrasándose desde que el arquitecto Ventura Rodríguez (1717-1785) las empezara allá por 1759. De vuelta en la Península, tras recibir la Cruz de Caballero de Carlos III de las manos de Isabel II (1830-1904), publicó junto al también agustino Felipe Bravo (1823-1894) el monumental Diccionario geográfico, estadístico, histórico de las Islas Filipinas (2 t., Imprenta de José C. de la Peña, Madrid, 1850-1851) y una gramática del tagalo. A partir de este momento su periplo vital se complica: parece que fue sancionado por prevaricar en su labor de supervisor de las obras del Colegio de Valladolid y, tras despojarlo de todos sus cargos, forzado a regresar a Manila para ser enjuiciado. Nunca regresó a Filipinas, pues el barco que debía llevarlo hasta allí recaló en Gibraltar y él se acogió al pabellón británico. De la Roca saltó a Roma, donde los datos sobre su vida de diluyen: parece que fue forzado a secularizarse ante su insistencia en la negativa de volver a Filipinas. Murió en el ostracismo en 1891.
La filiación de la Gramática de la lengua tagala del padre Buzeta con el Arte de la lengua tagala (Convento de Nuestra Señora de Loreto, Sampaloc, 1745) del franciscano Sebastián de Totanés (1687-1748) es evidente según la investigación. Dentro de la obra de Buzeta destaca el profuso estudio morfológico, además de contener un breve confesionario y una mención a la poesía y a la métrica en esa lengua. Quizá por la propia biografía de su autor este manual no gozó de una gran aceptación, y no se le conoce ninguna reimpresión posterior.