José Caballero y Ordech nació en Madrid en 1829. Desarrolló un gusto especial por la escritura desde muy temprana edad, por lo que, pese a la modesta economía de su familia, su padre le procuró una buena formación. Su primer oficio, el de taquígrafo, lo desempeñó primero en periódicos de la época, como en la Gaceta de Madrid, y en el Congreso de los Diputados después, tras ganar una plaza por oposición en 1857. Compaginó su labor taquigráfica con la docencia, que ejerció en varios centros de la capital. Antes de culminar sus estudios de maestro, fue profesor en un colegio de la capital y en otro ubicado en la localidad madrileña de Las Rozas. En 1860, ya titulado, pasó a estar al cargo de la Escuela Elemental del Hospicio. Apenas dos años más tarde, se trasladó a la Escuela Normal Central como profesor auxiliar y, en 1868, consiguió la plaza de profesor de lectura y escritura. Falleció en su ciudad natal en 1900.
La obra de Caballero y Ordech es un reflejo de su doble faceta profesional. Como pendolista, publicó varias colecciones de muestras (Colección de muestras de letra española, Imprenta de Gregorio Hernando, Madrid, 1865 y Colección de muestras de letra española a la inglesa, Librería Hernando, Madrid, 1874, entre otras); y, como maestro, escribió manuales didácticos de moralidad (El libro de los deberes. Manuscrito para uso de las escuelas de instrucción primaria y de adultos, Librería Hernando, Madrid, 1867), para la práctica de la escritura (La escritura para todos. Método popular indicador con muestras de letra española, D. Ginés Ruiz y D. José Reinoso, Madrid, 1871) y gramáticas para educación primaria. La Gramática elemental de la lengua castellana, que sigue el modelo erotemático de acuerdo con su propósito didáctico, presenta una división tradicional, esto es, cuatripartita: Analogía, Sintaxis, Prosodia y Ortografía. No se ha encontrado la primera edición, pero sabemos que pudo imprimirse en los últimos años de la década de 1870, pues se anuncia su publicación en el Epítome de la Gramática elemental (1876), una síntesis de la anterior, con la que comparte contenido y finalidad. Hubo una segunda edición del Epítome (s. n., Madrid, 1880) y una tercera de la Gramática (Librería de Hernando, Madrid, 1886). Otra obra de interés para la BVFE es el Diccionario general de la lengua castellana, del que fue director, juntamente con Cipriano de Arnedo, en la primera edición –publicada inicialmente por entregas–, para constar él como único responsable en las siguientes impresiones. Es un repertorio que se basa en el Diccionario nacional (1846-1847) de Ramón Joaquín Domínguez (1811-1848), abreviando las definiciones y quitando la información enciclopédica, a la vez que se incluían los nombres de todos los pueblos de España. Se imprimieron hasta 1865 unas diez ediciones, cuyo contenido no sufre modificaciones con respecto a la tirada anterior, salvo en la segunda edición (Imprenta de D. Manuel Romeral y Fonseca, Madrid, 1852), que incorpora en el cuerpo del diccionario el Suplemento de la primera, y en la quinta (1856), a partir de la cual se incluye un suplemento que es una «Relación general alfabética de todos los pueblos de España e islas adyacentes, con las cabezas del partido judicial al que pertenecen».