Vicente Calatayud y Bonmatí nació en la localidad alicantina de Aspe en 1846 y murió, en su tierra, a la edad de 63 años en 1909. Cursó estudios de Teología durante seis años en el seminario de Orihuela (Alicante), donde obtuvo la calificación de meritissimus. Con la revolución de 1868 se cerró el seminario y Vicente Calatayud pasó a ser profesor privado de asignaturas de segunda enseñanza. En esa época emprendió los estudios de Filosofía y Letras en Madrid, en la Universidad Central, y los terminó con la calificación de Sobresaliente en 1874. Al año siguiente fundó un colegio en su localidad natal, Aspe, el Colegio San Luis Gonzaga de primaria y secundaria, donde fue profesor. Posteriormente consiguió la cátedra de Latín en el Instituto de Enseñanza Media de Mahón (Baleares) en 1877, en donde, además, participó en la fundación del periódico El bien público. Se casó con Dolores Gil y Solano con la que tuvo ocho hijos. A lo largo de su vida profesional desarrolló su cargo y su trabajo por diferentes ciudades españolas: Orense en 1878, Alicante en 1879 y Valencia en 1890. En Alicante fundó el periódico El semanario católico de Alicante, medio que le sirvió para difundir sus propias ideas políticas, caracterizadas por su catolicismo y su profesión hacia el carlismo. De hecho, llegó a ser Jefe de los carlistas en esa ciudad, cuya ideología difundió en diversas publicaciones, como en su obra El carlismo y la patria (1898). En su trabajo como pensador y difusor de ideas sociopolíticas colaboró también en los periódicos de Alicante, El alicantino en 1888 y El Nuevo Alicantino en 1895. Fue vicepresidente de la Sección de Industria de la Sociedad Amigos del País de Alicante, además de miembro de la Asamblea Regionalista Valenciana, en la que participó en la Comisión de Derechos. Y, por último, como político tradicionalista, ostentó en 1891 la Jefatura Provincial y se presentó a Diputado a Cortes en 1893 y en 1896, sin obtener acta.
Toda su obra se produce como resultado de sus estudios y de su trabajo, es decir, de su formación teológica, filosófica y lingüística. De ella surgirá su marcado catolicismo manifestado en sus escritos, tales como el discurso sobre La cesación del trabajo en días festivos lejos de perjudicar es altamente beneficiosa (Imprenta de la Inmaculada Concepción, Barcelona, 1884); El culto externo, cual lo practica la Iglesia Católica (Imprenta de Antonio Seva, Alicante, 1889); Influencia de la prensa política en la cultura e ilustración de los pueblos (Imprenta de Antonio Seva, Alicante, 1890); Principios morales, políticos y sociales que han de servir de base al ejercicio de la libertad. Memoria premiada en el Certamen celebrado en Alcoy, en Abril de 1890 (Imprenta de Antonio Seva, Alicante, 1890); y Poesía litúrgica o metro y ritmo de las composiciones poéticas contenida en el Breviario y misal romanos para uso de los seminarios (Esc. Tip. Salesiana, Valencia, 1909), entre otras varias obras.
También, gracias a su competencia lingüística tanto en latín como en francés, ejerció de traductor de esas dos lenguas. Así, son traducciones del latín: Del origen y progreso del culto y festividad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios. Obra escrita en latín por Marco Antonio Gravois (Impr. Mariana, Lérida, 1888); y del francés: Egiptología. Tres artículos del abate Lorenzo de Saint-Aignan (Imprenta de Antonio Seva, Alicante, 1887) y La sanción de la moral en la otra vida (Imprenta de Antonio Seva, Alicante, 1887).
De su formación lingüística, junto a su trabajo como profesor, resultarán sus obras de carácter gramatical, para servir de materiales para las clases, en dos vertientes idiomáticas: del latín, Ortología latina (de 1879), Flexión nominal latina (de 1879, con una 2.ª ed., de 1881), Gramática elemental de la lengua latina (de 1883, y otras ediciones posteriores), Las lenguas muertas (¿?) (de 1883, con una 2.ª ed., Juan Esplá, Alicante, 1890), Observaciones sobre la pronunciación latina (de 1885), Método gradual de traducción latina (de 1894); y del castellano, Elementos de gramática castellana (de 1883), o Gramática elemental de la lengua castellana (1898, y ediciones posteriores).
Fruto de sus conocimientos y de sus lecturas es el discurso La pobreza de Cervantes (Biblioteca Españolista, Valencia, 1905).