Son escasísimas las noticias que poseemos de Giovanni Battista Calvi (o Jean Baptiste Calvi o Johann Baptista Calvi, como figura su nombre en las portadas de sus obras). Era de origen italiano, pero no sabemos cuándo ni dónde nació, como también desconocemos el lugar y la fecha de su fallecimiento. En 1790 era lector de español y de italiano en la ciudad de Gotinga (en la actual Baja Sajonia alemana), como pone a continuación de su nombre en las portadas de sus libros, aunque también debía dar clases particulares.
Calvi es autor de una gramática española para alemanes de la que hizo dos versiones, una en alemán (Spanische Sprachlehre und Chrestomatie) y otra en francés (Nouvelle grammaire espagnole avec une chrestomathie). Hans-Josef Niederehe dice que la primera fue traducida por Karl Ludwig von Woltmann (1770-1817), escritor, historiador y diplomático alemán, que vivió parte de su vida en Gotinga, en cuya universidad estudió. Allí asistía a las clases particulares de Calvi, según cuenta en su autobiografía editada por su mujer Karoline von Woltmann (1782-1847). Si la gramática es una traducción, ¿cuál fue su punto de partida?, ¿un texto redactado por Calvi en italiano? La estructura de la obra es muy sencilla: la gramática trata, en primer lugar, de cuestiones morfológicas (el primer capítulo es el de las letras), y después de la sintaxis (también con un fuerte componente morfológico). La segunda parte del libro es la crestomatía, que contiene una antología de textos clásicos, la prosa primero y después la poesía (a la cual concede un espacio mucho mayor), acompañados por un glosario «Verzeichniss der meisten Wörter in der Chrestomathie, mit Anmerkungen» (págs. 176-191) español-alemán, con el que pretendía ayudar a la compresión de esos textos. Calvi pretendía más que enseñar a hablar español proporcionar a los usuarios un conocimiento filológico de la obra.
La versión francesa de la obra es algo más extensa, pues además de la gramática y la crestomatía incluye al final tres listas de palabras de carácter monodireccional español-francés. El primero es el glosario que había en la obra de 1790, pero con los equivalentes en francés, «Vocabulaire des mots les plus difficiles contenus dans la Chrestomathie» (págs. 369-383); el segundo es «Autre Vocabulaire de quelques mots arabes introduits dans la langue castillane, en quelque façon corrompus, dont les espagnols se servent continuellement, mis par ordre alphabétique par François Lopez Tamarid, familer et interprète de la langue arabique sans la Sainte Inquisition» (págs. 383-392), versión bilingüe del elaborado por López Tamarid (s. XVI) que aparecía en el Diccionario de Nebrija desde 1586; el último lleva por título «Mots arabes que le Docteur Bernard Aldrete prit dans le Fuero Juzgo de las Partidas, histoire du Roi Alphonse et de l'Infant Don Manuel» (págs. 392-396), y no es sino las voces árabes que recogió Aldrete (1560-1641) con su traducción al francés. Este manual es muestra de la utilización que se hacía del francés como lengua intermediaria para aprender otras, en nuestro caso el español por parte de hablantes de alemán.