De la vida de Lorenzo Campano no sabemos nada, salvo su obra, compuesta por libros de diverso tipo, unos de carácter especializado (como su famoso Manual del cervecero y del fabricante de bebidas gaseosas y fermentadas, Librería de Rosa y Bouret o el Manual del curtidor y del zurrador, ambos impresos por la Librería de Rosa y Bouret, París, en 1869, en cuyoo interior aparece un «Diccionario de los vegetales y materias curtientes más conocidas en la tenería, dispuesto para el uso de los curtidores», págs. 237-280), otros de valor didáctico (por ejemplo, el Compendio de la historia de España, consagrado a los niños y puesto en verso, Zacarías Soler, Madrid, 1864, o el Abecedario ilustrado o libro primero de lectura escrito con un método especial y dedicado a los niños, Librería de Charles Bouret, París-México, 1881) y alguno más de diferente naturaleza (así su Biografia del libertador Simón Bolívar, Librería de Rosa y Bouret, París, 1868, o sus Viajes a las cinco partes del mundo. Relaciones, aventuras, exploraciones y descubrimientos, Librería de Rosa y Bouret, París, 1869) y de creación. No puede descartarse que fuera uno de tantos españoles que, por la situación política de nuestro país durante el siglo XIX, tuvieron que irse fuera.
El nombre de Lorenzo Campano figura en la portada de un Diccionario general abreviado de la lengua castellana, bajo la fórmula de «ordenado por Lorenzo Campano», con lo cual resulta difícil saber hasta qué punto es el autor, o cuál es el grado de compromiso con el repertorio. Lo que resulta evidente es el éxito que tuvo por las numerosas ediciones que salieron año tras año, siempre publicadas por la misma editorial, con el mismo formato, con el mismo número de páginas y con el mismo contenido, incluso a la par del Campano ilustrado (publicado por vez primera en 1891, también por Garnier Hermanos) del P. Manuel González de la Rosa (1841-1912), que lo reelaboró.
Campano es también autor de una cartilla para que los niños aprendieran a leer y a escribir, el Abecedario ilustrado.