Mariano Cubí y Soler nació en 1801 en Malgrat del Mar, en la comarca del Maresme (Barcelona). Se formó de manera autodidacta, y fue discípulo de William Casey (1797-1857), Philomath, profesor de inglés en Mahón, Madrid y Barcelona, autor del Intérprete anglo-hispano (1821). Muy joven marchó a los Estados Unidos, donde perfeccionó sus conocimientos, a la par que se ganaba la vida con la enseñanza de lenguas modernas, primero en Norfolk, después en Washington, y más tarde como profesor de español en el St. Mary’s College de Baltimore entre 1821 y 1829, el primer college católico de los Estados Unidos. A su extensa actividad se debe el gran impulso que tomó en los Estados Unidos la enseñanza de nuestra lengua. En 1829 dejó los Estados Unidos para trasladarse a La Habana, adonde iba a codirigir el Colegio de Buenavista e impartir la enseñanza del inglés. Pero no estuvo mucho tiempo en Cuba, pues regresa nuevamente a Estados Unidos a finales de 1832, de donde tomó camino de Méjico, para crear en Tampico el colegio Fuente de la Libertad, similar al que había dejado en La Habana. Tampoco esta empresa lo retuvo mucho tiempo, y a finales de 1835, cuando el colegio funcionaba con éxito, puso nuevamente dirección a Estados Unidos, para recala en Nueva Orléans, donde enseñó español y francés. Dos años después ocupó las cátedras de esas lenguas en Jacksonville (también en Luisiana), el último destino que tuvo en América antes de volver a España en 1843, con un reconocido prestigio de frenólogo y no de profesor de lenguas. A esa otra disciplina dedicó el resto de sus días, hasta morir en 1875 en Barcelona, aunque nunca abandonó los estudios lingüísticos, que permanecen inéditos salvo los dedicados a la ortografía.
Cubí es autor de la New Spanish grammar, concebida para que los norteamericanos pudiesen comenzar a aprender el español, pues era una lengua en auge en los Estados Unidos y no existían unos manuales adecuados para su aprendizaje. Una de sus preocupaciones era la pronunciación, para lo que ideó un sistema de representación de los sonidos de nuestra lengua a partir de la pronunciación del inglés. La segunda parte del manual son los principios gramaticales, prestando una especial atención a la conjugación verbal y las irregularidades del sistema. En la parte destinada a la sintaxis presenta las reglas de una manera que sea fácil de entender, acompañadas de ejercicios con los que el alumno pueda reflexionar sobre lo estudiado. Tiene esta gramática un apéndice en el que, bajo el título de «A concise and useful Vocabulary of the most necessary Words», aparece una breve nomenclatura, sin otra separación del resto del texto, en el que la preceden unas notas sobre sinónimos, y le siguen unos diálogos La obra gozó de un notable éxito, como prueban las cinco ediciones que siguieron a la primera.
Inmediatamente después de ese manual vino la Gramática de la lengua castellana destinada, también, a los norteamericanos que quisiesen aprender el español.
En 1843 publicó Cubí y Soler en la imprenta barcelonesa de J. Tauló dos tratados de frenología, el Manual de frenolojía, o sea filosofía del entendimiento humano fundada sobre la fisiolojía del zélebro, y el Sistema completo de frenolojía, con sus aplicaziones al adelanto i mejoramiento del hombre, individual i sozialmente considerado, en los que Cubí expone sus ideas sobre la materia, incipiente en aquellos momentos. Considera que el lenguaje humano forma parte de ella, y la ortografía resulta un componente esencial, por lo que incluye en el segundo de los libros una «Ortografía castellana». Cuando al año siguiente publica la segunda edición de la obra (también en la Imprenta de J. Tauló, Barcelona), corregida y aumentada, ese apéndice será más extenso y llevará el título de «Bosquejo histórico de la ortografía castellana», cuestión sobre la que volverá años más tarde en el librito A la nación española sobre reformas ortográficas. Historia de la ortografía castellana [...], anunciado ya en los preliminares del Manual de frenolojía.
Es Cubí también autor de un diccionario portátil, español-inglés, alfabético y bidireccional, que debía servir de complemento a los otros manuales para el aprendizaje de nuestra lengua, de ahí su carácter reducido. Pretende ser heredero del académico y del de Samuel Johnson (1709-1784) –en su primera salida A Dictionary of the English Language […], Printed by W. Strahan for J. and P. Knapton; T. and T. Longemand; C. Hitch and L. Hawes; A. Millar; and R. and J. Dodsley, Londres, 1755. Al comienzo de él pone un breve resumen de su gramática española. En cuanto al contenido, el propio Cubí confiesa que ha sido compilado a partir del diccionario de Henry Neuman (¿?-¿?), aunque no dice cuál de los compuestos por él, seguramente sea A New Dictionary of the Spanish and English Languages (T. Maiden, Londres, 1802). Las definiciones que encontramos en las dos partes de la obra son más breves que las que aparecen en su fuente. En él observa la ortografía académica, haciendo gala de su preocupación sobre este aspecto de nuestra lengua, si bien incluye palabras con la escritura antigua y la moderna.