Nemesio Fernández-Cuesta y Picatoste nació en Segovia en 1818. Fue un militar, lexicógrafo y traductor del siglo XIX con fuertes convicciones políticas que le acarrearon no pocos problemas. Tras la muerte de Fernando VII (1784-1833), luchó contra los carlistas, por lo que fue apresado en el País Vasco y Navarra. En 1835, pudo regresar a Madrid, donde se dedicó a la investigación lingüística, y, apenas un año más tarde, comanda, como subteniente de la guardia nacional, el grupo de sublevados del Motín de La Granja de San Ildefonso. En 1840 comenzó su carrera periodística en La Gaceta de Madrid como taquígrafo. Durante los años siguientes colaboró en varios periódicos de la capital –La Iberia, El Globo y El Heraldo, entre otros– y fundó El Adelante en 1854 y El Museo Universal en 1857. Asimismo, dirigió la editorial Gaspar y Roig, donde imprimió su Diccionario enciclopédico de la lengua española. Se vio obligado a exiliarse en Francia y Portugal, pero Fernández-Cuesta no cejó en su empeño de establecer un sistema político liberal en España: también en su faceta de político favoreció la Revolución de 1868. Tras su regreso a España, fue gobernador civil de Zaragoza y director del Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados hasta su muerte en 1893.
Nemesio Fernández-Cuesta desempeñó un papel importante en la traducción de obras del siglo XIX, en especial de la literatura francesa: tradujo la obra de Julio Verne (1828-1905) casi en su totalidad y buena parte de la producción del célebre Victor Hugo (1802-1885). De su labor como traductor surgió la idea de dar a luz el Diccionario de las lenguas española y francesa, cuyos cuatro volúmenes se editaron entre 1885 y 1887. Destaca su macroestructura por contener tecnicismos y otras voces, nuevas o anticuadas, ajenas a la lengua común. Este afán enciclopedista se observa también en una obra lexicográfica anterior, el Diccionario enciclopédico de la lengua española, del que fue director. Los dos primeros volúmenes, editados entre 1853 y 1855, están dirigidos por Eduardo Chao (1822-1887), a quien Fernández-Cuesta sustituyó en las numerosas reimpresiones posteriores que vieron la luz hasta 1885. El conjunto de artículos se mantuvo en todas ellas y solo se operaron cambios en el suplemento que lo acompañaba a partir de 1870. Además, escribió varias obras de orden político: El porvenir de los partidos (Imprenta de Celestino G. Álvarez, Madrid, 1850), Vindicación de la democracia española: contestación al folleto de D. Enrique O’Donnell (Imprenta de Manuel Moral y Rodríguez, Madrid, 1858) y otras en colaboración con Rafael María Baralt (1810-1860) como Causa formada al brigadier don Eduardo Fernández San Román (Imprenta de Andrés Peña, Madrid, 1849) e Historia de las Cortes de 1848 a 1849 (Imprenta de Celestino G. Álvarez, Madrid, 1849).