Andrés López fue un religioso, lingüista y traductor español, activo en Filipinas durante la segunda mitad del siglo XVII. Nació en la localidad de Ajofrín (Toledo, España) en 1642. Tras formarse en el convento toledano de San Pedro, profesó como dominico y se embarcó hacia Filipinas –vía Nueva España–, arribando a Manila en 1665 (o 1666, según otras fuentes). Desde esa fecha, y hasta 1683, trabajó como misionero en la región de Pangasinán (centro-oeste de la isla de Luzón), en cuya capital, Lingayén, murió en 1683. Andrés López continuó con el estudio del habla local, labor coral y acumulativa, completada y ampliada por la orden de Santo Domingo a lo largo de siglos; en este largo recorrido, su obra ocupa un lugar de honor.
Nuestro autor, gran estudioso de la lengua local de la región donde misionó, el pangasinense. pangasinano o pangasinán, dejó manuscrito un arte sobre ese idioma. Ese arte fue editado y llevado a las prensas póstumamente (1690) por su correligionario Lorenzo Fernández Cosgaya, O. P. (1661-1731). Este texto fue el referente para el estudio del pangasinense durante más de 150 años y ha sido considerado el mejor manual compuesto sobre esa lengua. A partir de la segunda mitad del s. XVIII comenzaron a escasear los ejemplares impresos, por ello, no es raro encontrar copias manuscritas de esa época. Para paliar esa realidad, el Arte volvió a ser reeditado –con importantes modificaciones– por Mariano Pellicer, O. P. (1802-1841 o 1844) en el siglo XIX. El Arte de la lengua de Pangasinán está dividido en seis libros, cada uno de ellos dedicado a una de las partes de la oración. El texto goza, según la investigación, de más libertad respecto a los preceptos nebrisenses que otros textos de lingüística misionera.