Juan José García fue uno de los maestros principales de Navarra durante el primer tercio del siglo XIX. Natural de Ulibarri (Navarra), ganó el título de maestro en 1797. Desde 1805, y hasta su jubilación en 1839, ejerció en las escuelas de la capital navarra; si bien, no lo hizo ajeno a las circunstancias sociopolíticas, que lo alejaron de su puesto entre 1813 y 1814, así como en el periodo del Trienio Constitucional (1823-1823). A pesar de sus prolongadas ausencias, le conservaron la plaza en la escuela pública, la Escuela Normal de los Toriles a partir de 1831, donde impartió clases de Escritura y Aritmética. Además del ejercicio práctico de la docencia, se implicó en otras cuestiones educativas. Elevó dos escritos, junto con otros maestros principales, a la Junta de Estudios, en 1818, y a las Cortes, entre 1828 y 1829, con el propósito de mejorar los libros de texto y adecuar las leyes educativas nacionales a la región, respectivamente. Sus peticiones desembocaron en la instauración de la Junta Superior de Educación de Navarra y la elaboración del Plan y Reglamento General para las Escuelas de Primeras Letras del Reino de Navarra (1831).
Nacido en Galdeano o Gollano (Navarra), Ezequiel Torrecilla fue un maestro de primeras letras del siglo XIX. Obtuvo el título de maestro en 1805 y, al año siguiente, ganó la oposición de Lerín (Navarra), donde ejerció hasta 1814. Entonces, se trasladó a Pamplona para regentar una escuela pública, la Escuela Normal de la calle Mayor desde 1831, donde también se instruía en el arte de enseñar. Torrecilla se encargó de impartir las clases de escritura y Aritmética hasta 1834, año en el que, por motivos políticos, fue depuesto. Desde entonces, y hasta que se incorporó a la dirección de la escuela pública de Estella (Navarra) en 1839, prosiguió su ejercicio docente en una escuela privada que abrió en la capital navarra. En 1847 se solicitó su regreso a Pamplona, donde permaneció por poco tiempo; en 1848 ya había regresado a Estella. En 1859 se le hizo entrega de una medalla de plata como reconocimiento de su trayectoria profesional; así y todo, la solicitud de una ayuda económica prueba que, durante los últimos años de su vida, sufrió estrecheces. Percibió dicha ayuda hasta 1865, fecha aproximada de su muerte. Torrecilla fue un maestro de primeras letras preocupado por la educación regional. Prueba de ello son los escritos que firmó junto con otros maestros principales para procurar un sistema educativo de calidad: el de 1818, dirigido a la Junta de Estudios, denunciaba los libros de texto empleados en las aulas y el de 1828-1829, presentado en las Cortes, dio lugar a la creación de la Junta Superior de Educación de Navarra y a la presentación del Plan y Reglamento General para las Escuelas de Primeras Letras del Reino de Navarra (1831).
Fruto del memorial que presentó en 1818 junto con Juan José García (¿?-1805-1839-¿?), le fue encargada la redacción del Nuevo libro segundo de la Junta Superior de Educación de Navarra. Es un libro de texto, prescrito para las escuelas navarras, destinado a las clases de lectura. Se divide el contenido en capítulos, según su nivel de dificultad, partiendo de ejercicios de silabeo hasta otros de mayor complejidad lectora, combinados con apuntes ortográficos, ortológicos y de índole religiosa y moral. Desde 1833, se documentan numerosas ediciones y reimpresiones del libro a lo largo del siglo e, incluso, a principios del siglo XX, una vigencia inusitada para una obra escolar. Torrecilla había publicado con anterioridad otro libro con idéntico objetivo, el Nuevo libro segundo de los niños muy útil y metódico, aunque, en esta ocasión, no era de uso obligatorio en las escuelas de la región. Se reimprimió en el mismo taller en 1832 y se reeditó con el título Nuevo libro metódico, segundo de los niños; dirigido a facilitarles los principios de lectura en la imprenta de Javier Zunzarren (Estella) en 1845. En esta misma línea temática se encuentran las Prevenciones a los maestros de primeras letras con los métodos necesarios para enseñar a leer, escribir y demás conocimientos propios de la niñez, un texto metodológico destinado a los docentes. De contenido más abarcador, pero con los mismos objetivos que el anterior, esto es, instruir a los maestros de primeras letras, es el Plan muy instructivo a los maestros de primeras letras acerca de los conocimientos que abraza su profesión, y modo de comunicarlos con orden, método y claridad a sus discípulos (Imprenta de Francisco Erasun y Rada, Pamplona, 1827). Otras obras de interés filológico son los compendios de gramática y ortografía españolas, ambos con propósito pedagógico. El Compendio de la ortografía castellana es una breve exposición la teoría ortográfica de la Academia siguiendo el modelo erotemático para adecuar el texto original a las necesidades de los discentes. Se conocen hasta cinco ediciones del Compendio –también titulado Nuevo compendio de la ortografía castellana […]– fechadas en la primera mitad del siglo XIX. En cuanto a los Elementos de gramática castellana dispuestos en forma de diálogo, se trata una edición aumentada de la obra de Diego Narciso Herranz y Quirós (1755-¿?), preparada por Torrecilla en colaboración con Juan José García. El texto, reimpreso en varias ocasiones hasta mediados de siglo, apenas presenta cambios con respecto al original, que estructura el contenido en dos grandes secciones, a saber, Analogía y Sintaxis. Por último, publicó un tratado de Aritmética de uso escolar, Elementos teórico-prácticos de Aritmética conforme al uso particular de monedas, pesas y medidas de Navarra para instrucción de los niños (Imprenta de Francisco Erasun y Rada, Pamplona, 1826).