Francisco Gavaldá fue un teólogo y latinista español del siglo XVII. No debe confundirse a este personaje con Francisco Gabaldá y Guasch, O. S. H. (1589-1660), obispo de Segorbe entre 1652 y 1660. Nuestro protagonista nació en Valencia, en 1618, dentro de una familia cuya calidad nos es desconocida. En la ciudad del Turia pasó su infancia y aprendió las primeras; en 1634, con 16 años, ingresó en la Orden de Predicadores. Compaginó los estudios de Teología con el cuidado de enfermos, ya que su periodo formativo (que se dilató mucho en el tiempo) coincidió con una severa epidemia de peste; tras doctorarse en 1648, ocupó una cátedra en la Universidad de Valencia. Seis años después, en 1654, acompañó a su maestro, Francisco Crespí de Valldaura, O. P. (1601-1662) a Vich, ya que este último había sido nombrado obispo de aquella diócesis. En la capital de la comarca osonense permaneció ocho años y, en 1668, regresó a Valencia. En su ciudad natal, de la que ya no se movería, retomó su cátedra, al tiempo que fue nombrado juez inquisitorial, examinador sinodal y vicario provincial de los dominicos aragoneses. Nuestro autor falleció en Valencia, en 1686, con 68 años de edad.
Gavaldá ha pasado a la historia por su certera y minuciosa descripción de la epidemia de peste que asoló el reino de Valencia a finales de la cuarta década del siglo XVII, titulada Memoria de los sucesos particulares de Valencia y su Reino en los años mil seiscientos quarenta y siete y cuarenta ocho, tiempo de peste (Silvestre Esparza, Valencia, 1651). Por otro lado, su trabajo filológico se concretó en la actualización y traducción parcial al castellano de la Syntaxis (Juan Mey, Valencia, 1564) de Juan Torrella (¿?-1564-1581-¿?), una obra que pretendió sustituir al cuarto libro de la gramática nebrisense. La versión de Torrella llegó a las prensas en 1662, y fue reimpresa en 1668 (Imprenta de Bautista Ravanals, Valencia) y en 1701 (A. Lacavallería, Barcelona). El trabajo de nuestro valenciano fue pionero al proponer un aprendizaje del latín desde el español, un método que se generalizó ya en el siglo XVIII.