José Giró y Roma es natural de Barcelona, ciudad en la que nace en marzo de 1823 en una familia con escasos recursos económicos. Su precaria situación familiar lo obliga a trabajar desde muy joven, sin que con ello abandone su formación, que desarrolla aprovechando la enseñanza de una escuela nocturna. Sus excelentes resultados académicos lo llevan a cursar los estudios de Magisterio en la Normal de Barcelona. En 1851 gana por oposición una plaza vacante en la Escuela Normal de Valencia. En 1857 se traslada a su ciudad, Barcelona, como catedrático de la Escuela Normal, en la que es responsable de las clases de matemáticas para la de maestros y de las de matemáticas y gramática para la de maestras. Desempeñó el cargo de secretario de ambas escuelas durante treinta años. En 1888 presenta su dimisión de su cargo como profesor auxiliar de la Normal de Maestras de Barcelona por problemas de salud, hasta que a comienzos de 1900 pasa a la categoría de exento. Muy poco después, el 12 de noviembre de ese mismo año, fallece a los 77 años de edad.
Su especial celo por la mejora de la enseñanza lo llevaron a publicar en 1852 sus Elementos de gramática castellana, un tratado que es ejemplo de la recepción en España de las teorías gramaticales francesas. Esta obra, que alcanzó gran éxito en las escuelas, fue reeditada a partir de 1857 bajo el título de Gramática elemental de la lengua castellana. A partir de ella, Giró elaboró un extracto en forma de compendio en 1853, un trabajo también muy conocido y apreciado por maestros y alumnos.
Gracias a su buena fama, fue propuesto para ingresar en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, de la que formó parte desde 1863. En un principio, ocupó una vacante en la sección físicomatemática, pero sus conocimientos gramaticales hicieron que en 1864 lo designaran como parte de la Comisión de corrección de estilo. Pocos años más tarde, el 12 de enero de 1867, es nombrado director, cargo que desempeña, en primer lugar, durante un bienio, y años más tarde, también durante el bienio de 1896 a 1898 con una segunda designación. Del mismo modo, Giró fue miembro de la Sociedad Filomática y la Barcelonesa de Amigos de la Instrucción. Aunque no era amante de las condecoraciones, fue reconocido en dos ocasiones con el premio de la cruz de Carlos III, la segunda de ellas de manera reiterativa tras haber dejado prescribir el plazo de admisión de la primera.