No disponemos apenas de datos biográficos de Miguel María Guillén de la Torre. Sabemos que nació en Badajoz en 1837. Bachiller en Filosofía, fue maestro de varias escuelas públicas madrileñas en el último tercio del siglo XIX y primeros años del XX. Llegó a ser director de las escuelas del Hospicio de Madrid y formó parte de tribunales de oposiciones a las escuelas públicas de la capital. Debió morir en Madrid a finales de la primera década del s. XX o muy principios de la siguiente.
Guillén de la Torre fue un prolífico escritor de materiales didácticos de diversa temática: religiosa (Programa de doctrina cristiana para escuelas y colegios de primera enseñanza elemental y superior de uno y otro sexo, Imprenta y litografía de A. Rodero, Madrid, 1879), mercantil (Lecciones de industria y comercio, Librería de Educación de D. Manuel Rosado, Imp. del Centro Bibliográfico, Madrid, 1882), histórica (Compendio de Historia de España, Imprenta de P. Conesa, Madrid, 1878), matemática (Compendio de Aritmética. Obra destinada para texto en las escuelas y colegios de primera enseñanza elemental y superior de uno y otro sexo, Imprenta de P. Conesa, Madrid, 1878) y gramatical. Dentro de esta última, destaca el Compendio de gramática castellana, del que se publicaron tres ediciones (la última es el Compendio de gramática castellana con un completo tratado de ortografía. Obra destinada para texto en las escuelas y colegios de primera enseñanza, elemental y superior de uno y otro sexo, 3ª ed., Establecimiento Tipográfico de G. Pedraza, Madrid, 1891). La teoría expuesta por Guillén se asienta en la división cuatripartita tradicional: Analogía, Sintaxis, Prosodia y Ortografía. La Analogía, al igual que otros tratados de similares características, comprende buena parte del texto, dispuesto en preguntas y respuestas. Sobre su Compendio se apoya el resto de sus trabajos gramaticales: el Programa de gramática castellana, la Enseñanza intuitiva y la Gramática castellana escrita y anotada. La primera, elaborada exclusivamente para los maestros, sugiere una planificación del curso basándose tanto su propia obra como en la académica. Así, se propone una batería de preguntas divididas en lecciones, de acuerdo con el modelo erotemático que caracteriza a las obras didácticas, aunque, en esta ocasión, sin las respuestas, que se habrán de dar en el aula. La Enseñanza intuitiva, en cambio, con un público menos restringido, ofrece un resumen ulterior de la teoría gramatical adoptada por el autor, dispuesto de forma esquemática. Asimismo, Guillén de la Torre editó con título diferente su Compendio, añadiéndole notas de variable extensión y de mayor altura teórica que el resto del texto, en las que, además de aumentar el contenido, refería críticamente las decisiones de la Academia: Gramática castellana escrita y anotada.