Juan Eugenio Hartzenbusch y Martínez fue un afamado dramaturgo del Romanticismo español, además de un reputado intelectual, cervantista, académico e historiador de la Literatura del Siglo de Oro. Nuestro autor nació en Madrid, en 1806, en el seno de una familia muy modesta, formada por un padre alemán, dedicado a la ebanistería, y una madre conquense, que falleció dos años después de dar a luz a su único hijo. Aunque su progenitor siempre quiso orientarlo hacia la carrera eclesiástica, el joven Hartzenbusch prefirió la Literatura y las Humanidades; aprendió latín y francés sin asistir a ningún curso reglado para, con 14 años (1820), ingresar en el Colegio jesuítico de San Isidro, donde empezó los estudios de Filosofía. El periodo formativo del madrileño coincidió con una etapa de grandes turbulencias en la política española, de las que el futuro académico no pudo escapar: debido a la filiación liberal de su padre, los bienes familiares fueron requisados tras el Trienio Liberal (1820-1823), por lo que nuestro protagonista se vio forzado a abandonar su carrera y tuvo que empezar a trabajar en diversos talleres de carpintería; no obstante, como animoso autodidacta, siguió formándose y leyendo con avidez. Por esas mismas fechas, en torno a 1824, entró en contacto con el empresario teatral Juan Grimaldi (1796-1872), de origen francés y gran reformador de los teatros madrileños; esta relación marcó la vida de Hartzenbusch y lo orientó hacia la dramaturgia de corte histórico-romántico, quehacer y estética que lo consagraron para la posteridad. Tras el estreno, el 19 de abril de 1837, de Los amantes de Teruel, el éxito fue fulminante –para la historia han quedado las referencias, hechas por Mesonero Romanos (1803-1882), sobre los estruendosos aplausos recibidos aquella noche–; ese mismo año, el ya consagrado dramaturgo consiguió una plaza de taquígrafo en el Diario de Sesiones del Congreso y fue admitido como socio en el Ateneo de Madrid. El resto de la vida de Hartzenbusch –merced a la seguridad económica adquirida, a su éxito como escritor dramático, a su distanciamiento de la política (pese a sus ideas liberales) y a la paz familiar– transcurrió apaciblemente, lo que le permitió dedicar gran parte de su tiempo a la edición de obras del periodo áureo, materia en la que llegó a ser un reputado especialista, y, gracias a sus orígenes germanos, a la divulgación en Alemania de la literatura española y viceversa. En 1844, obtuvo el puesto de oficial mayor de la Biblioteca Nacional; en 1847, ingresó en la Academia Española, organismo al que –por su cargo de secretario, mantenido durante largos años– le unió una relación muy estrecha; en 1854, fue nombrado director de la Escuela Normal y, en 1862, alcanzó la dirección de la Biblioteca Nacional, de la que se jubiló en 1875, sin que –gracias a su prestigio y a su neutralidad política– los acontecimientos del Sexenio Democrático (1868-1874) lo afectaran lo más mínimo. El antiguo carpintero, reconocido como uno de los escritores más reputados de su tiempo, murió en su ciudad natal, en 1880, con 74 años.
El trabajo erudito de Hartzenbusch –en especial, sobre los autores del siglo XVII español– fue portentoso; en el terreno lingüístico, fue mucho más limitado. Compuso una pequeña parte de un manual, Eco de Madrid, o sea Curso práctico de la buena conversación española, de estructura dialogada, y destinado a estudiantes extranjeros; la mayor parte de esa obra fue realizada por Henry Lemming (antes de 1834-post 1876), catedrático de alemán e inglés, vinculado a la Universidad Central de Madrid. Este Curso práctico incluye, con paginación independiente, un vocabulario español-lengua extranjera (según la versión puede ser inglés, francés o alemán) a dos columnas, con unos 4500 artículos, compuesto por Lemming o por Friedrich Booch-Árkossy (1822-1892), según la versión y edición. La primera versión en imprimirse fue la inglesa, en 1858; en 1859, llegó la alemana; la 2.ª edición de la francesa es de 1877. Tanto la versión inglesa como la alemana fueron reimpresas en numerosas ocasiones hasta el año 1900.
Henry Lemming –también conocido como Enrique Lemming o Heinrich Lemming– fue un profesor de idiomas y lexicógrafo aficionado alemán, activo en Madrid durante la segunda mitad del siglo XIX. La vida de este autor es un verdadero enigma: desconocemos las fechas y los lugares de su nacimiento y óbito, así como la mayoría de los hechos que mediaron entre ambos acontecimientos (especialmente, hasta 1849, fecha en la que aparece instalado definitivamente en Madrid y dedicado a la docencia). Su periplo vital durante la primera mitad del siglo resulta indescifrable; aunque, pese a esta carencia de informaciones, contamos con tres pequeños rastros: primero, resulta verosímil –debido a sus grandes contribuciones en pro de la reconstrucción de la Biblioteca estatal y universitaria de Estrasburgo, destruida durante la Guerra franco-prusiana (1870-1871)– que fuera de origen o ascendencia alsaciana. Segundo, hay quien afirma que cursó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, por lo que debería haber residido en la capital española, por lo menos, durante una parte de su juventud. Tercero, al parecer, entre 1834 y 1849 residió en Inglaterra, y allí aprendió a la perfección su idioma. Sea como fuere, en 1849 se asienta en Madrid y comienza a dar clases particulares de inglés y alemán para, rápidamente (1850), hacerse con el puesto de catedrático de Inglés en las Escuelas Pías de San Antonio. En 1854 era ya catedrático de Alemán del Instituto Industrial de Madrid, ocupación que simultaneó con la enseñanza de la lengua inglesa en la mencionada institución calasancia. Además, entre 1865 y 1869 fue catedrático de Inglés en el Instituto de San Isidro hasta que desapareció esa cátedra por la escasez de alumnos. A partir de 1876 se pierde cualquier pista sobre los últimos años de la vida de este profesor.
Lemming compuso, al alimón con Juan Eugenio Hartzenbusch (1806-1880), un manual para la enseñanza de español a anglo y germanoparlantes, Eco de Madrid, o sea Curso práctico de la buena conversación española. Este método, que también conoció una versión francesa en la que no participó nuestro protagonista, incluye, con paginación independiente, un vocabulario español-lengua extranjera (según la versión puede ser inglés o alemán) a dos columnas, con unos 4500 artículos. La primera versión en imprimirse fue la inglesa, en 1858; en 1859, llegó la alemana. Ambas versiones, redactadas mayoritariamente por Lemming, que era también el autor del vocabulario español-inglés, fueron reimpresas en numerosas ocasiones hasta el año 1900.