No debemos confundir a este autor con el afamado teólogo reformista suizo, homónimo y coetáneo suyo Adolf Keller (1872-1963). Nuestro autor, del que apenas tenemos noticias, tenía el título de doctor y era profesor en el madrileño colegio evangélico El Porvenir, fundado en 1897 por el pastor protestante alemán y doctor en Medicina Federico Fliedner (1845-1901), sito aún hoy –y en funcionamiento– en la calle de Bravo Murillo. En 1930 era profesor de idiomas en Murcia, y durante el mes de julio estuvo en Hamburgo. En 1934 era secretario general del Instituto Internacional Cristiano Social de Ginebra, y a principios del año siguiente firma un manifiesto humanitario en favor de los que hambrientos y moribundos de la Unión Soviética como codirector de la Obra Rusa de Socorro Internacional de la Oficina Central Europea para ayuda de las Iglesias, sita también en Ginebra. En abril de 1934 pronuncia en el Ateneo madrileño una conferencia sobre «La revolución alemana y su sentido religioso».
La obra Historische Formenlehre der spanischen Sprache (1894) es un manual de morfología histórica del español. En su prólogo, Keller explica que cree llenar un hueco en la bibliografía de este campo, ya que, explica, no se había presentado hasta ese momento un desarrollo cronológico completo que incluyera una descripción exhaustiva de la Edad Media. El autor, que se ha centrado especialmente en los verbos, remite al lector a las varias obras en casos que puedan surgir dudas: la gramática de la Real Academia Española, Conjugación completa de todos los verbos irregulares castellanos (1873, y ediciones posteriores), de Fernando Gómez de Salazar (¿?-¿?), y la Gramática comparada de las lenguas castellana y latina (1889), de Francisco A. Commelerán y Gómez (1848-1919). Su corpus está formado tanto por textos impresos como por manuscritos consultados en la Biblioteca Nacional española –algo que confirma sus vínculos con Madrid antes de la inauguración del colegio, y seguramente también su residencia. Los ejemplos de español vulgar proceden de revistas satíricas madrileñas, como El motín y La saeta.
En Altspanisches Lesebuch recoge una colección de lecturas de textos medievales españoles, completados con una breve descripción gramatical de la lengua española, así como un glosario con las voces difíciles de los textos y sus equivalentes en español moderno.
Siguiendo su pista, vemos en la portada de Methode Schliemann zur Erlernung der spanischen Sprache (s. f.) que Adolf Keller se presenta como profesor de la escuela latina de Murrhardt, Baden-Württemberg, y antiguo profesor del Colegio El Porvenir. Menciona en ella también al fundador de la escuela: Keller en la obra, como material de trabajo, un relato de Federico Fliedner, además de artículos de diversa autoría en los que se describen España y sus gentes. El denominado método Schliemann que Keller aplica al aprendizaje del español, fue ideado por Heinrich Schliemann (1822-1890), legendario descubridor de Troya. Dicen de Schliemann que aprendió por su cuenta un alto número de idiomas –varía según las fuentes, podemos llegar a ver citados hasta quince– con su método, consistente en leer en voz alta una y otra vez cualquier libro redactado en la lengua que se desea aprender, estudiar su gramática cada día y lanzarse a escribir en ella aun cometiendo graves errores, hasta dominarla y, sobre todo, como explica Keller, mediante la lectura comparada de obras en el idioma que quería aprender y su traducción al alemán. Para escuchar, acudía a las diferentes iglesias nacionales; para que le escucharan, contrataba a indigentes que pasaban horas sentados frente a él mientras declamaba alguna obra. Cuentan –y hay pruebas en algunos casos– que consiguió dominar alguno de los idiomas, como el ruso, en tan solo dos meses.
Consuelo del Val Zaballos