No han trascendido otros datos sobre Francisco Soldevila aparte de los que figuran en la portada de su obra. Gracias a ello sabemos que fue presbítero y maestro de francés afincado en Madrid.
Su única obra conocida, Rudimentos breves, y claros para aprender a leer, y escribir en francés sin socorro de maestro, es un breve manual didáctico para jóvenes españoles aprendices de francés. Soldevila centra su atención en la pronunciación francesa, para cuya enseñanza prescinde de un gran aparato teórico en pro de la claridad y la brevedad. Así, la obrita se reduce a la exposición de fenómenos fonéticos ilustrados con ejemplos. Las nueve últimas páginas –casi una cuarta parte del total– es una colección de plegarias, para que el estudioso pudiese ejercitarse en la pronunciación francesa. El manualito tuvo una segunda impresión en 1798, de la cual tenemos noticia por una nota publicada en el Diario de Madrid, del 20 de junio de ese año (pág. 687).
Leticia González Corrales