Amenodoro Urdaneta fue un pintor, escritor, periodista, maestro y político colombiano del siglo XIX. Nació en Bogotá en 1829, fruto de la relación entre el general y político venezolano Rafael Urdaneta (1788-1845), y Dolores Vargas París (1822-1845). En 1831 llegó a Venezuela donde continuó los estudios que había iniciado en el domicilio familiar de la mano de maestros particulares en el Colegio Independencia. Aparte del ejercicio docente, en el que figura la dirección de la Escuela Federal Guzmán Blanco, Urdaneta desempeñó cargos políticos como el de diputado en la Asamblea Constituyente de la Federación de Venezuela (1864) y, posteriormente, el de presidente de Apure durante los primeros años previos a su consideración como estado (1864). Fue miembro de varias instituciones prestigiosas: la Academia de Ciencias Sociales y Bellas Artes desde 1869, la Academia Venezolana de la Lengua, de la que fue miembro fundador, desde 1883, la Academia Nacional de la Historia desde 1888, correspondiente de la Real Academia Española y honorario de la de Buenas Letras (Sevilla). Entre sus honores y condecoraciones cabe mencionar el galardón que recibió de la Orden de Pío IX. Falleció en Caracas en 1905.
Amenodoro Urdaneta fue un prolífico escritor de obras de distintos géneros, así como de prensa periódica (El Ángel Guardián y El Iris de la Fe, entre otras). Cultivó la poesía (La batalla de Santa Inés. Canto a Zamora, Imprenta de J. F. Manrique, Caracas, 1864) y dio a la imprenta varias obras didácticas que abordan distintos aspectos de la lengua española desde una perspectiva teórico-práctica, siguiendo, en su mayoría, la doctrina académica. Los más abundantes son los que tratan sobre gramática española, ya sea en la clásica división cuatripartita o en cualquiera de sus partes: Principios de gramática castellana, de la que se publica una segunda edición mejorada en 1875 (Imprenta Demócrata, Caracas), Análisis gramatical. Obra utilísima para las escuelas, Guía gramatical y Guía para el estudio de los elementos gramaticales y pruebas prácticas para conocer con exactitud las partes de la oración. Su Manual de la ortografía castellana es también un compendio de la norma académica, en este caso, de la relativa a la ortografía. En el Epítome de gramática castellana añadió, además, la perspectiva de otros autores ajenos a la Academia. Estos últimos, en concreto Vicente Salvá (1786-1849) y Andrés Bello (1781-1865), son los que tomó como modelo para su Catálogo de los verbos irregulares, que culmina con un registro de formas irregulares. Nuevamente, su propósito no era otro que el de reunir en un único manual la teoría desarrollada previamente por otras figuras señeras, sintetizada y adaptada a los niveles elementales. Asimismo, escribió dos tratados sobre cuestiones ortográficas, a saber, el acento y la puntuación en su Suplemento a la Ortografía, previo a la publicación de la obra académica, y, posteriormente, en ¡Eureka! La verdadera acentuación castellana. Su obra más célebre fue Cervantes y la crítica (Imprenta de La Opinión Nacional, Caracas, 1877), un ensayo en defensa de la obra cervantina. Entre sus obras figuran, además, otras de tema religioso, histórico y político, como Catecismo republicano, o sea La constitución política de Venezuela, adaptado al uso de las escuelas primarias (Imprenta federal, Caracas, 1877), La fe cristiana; consideraciones sobre La revolución religiosa de D. Emilio Castelar y otras obras heréticas (Imprenta de Espinal e hijos, Caracas, 1881) y La convención de Ocaña y la dictadura de Bolívar […] estudio histórico escrito con motivo de la declaración de la paz en Venezuela y del CXVII aniversario de natalicio del libertador (Tipografía Washington, Caracas, 1900).
Leticia González Corrales