Fernando Zegers Montenegro fue un gramático chileno del siglo XIX de origen español. La investigación maneja pocos datos acerca de la vida de este autor. Las escasas huellas esclarecidas de su periplo vital han sido reconstruidas gracias a las analogías existentes con la trayectoria de una de sus hermanas, Isidora Zegers (1803 o 1807-1869), una afamada cantante y compositora musical del Chile decimonónico. Nuestro protagonista vio la luz en 1808 en el seno de una acomodada familia de orígenes flamencos y franceses. Se desconoce el lugar en el que tuvo lugar su nacimiento, Madrid o París, pues la familia se trasladó por aquellas fechas –que coinciden con el inicio de la Guerra de la Independencia española (1808-1814)– desde la capital española a la francesa. Sea como fuere, el joven Fernando vivió sus primeros años en París, ciudad en la que recibió toda su formación. En 1823 el clan Zegers emigró a Chile, ya que su progenitor había sido contratado por el gobierno de esa república hispanoamericana, recién emancipada de la Corona española. A partir de ese momento, el país austral se convirtió en su hogar definitivo. Del resto de la vida de Fernando solo sabemos que, por lo menos hasta 1844, se dedicó a la enseñanza de la lengua española, pero desconocemos dónde lo hizo y si continuó con esa labor tras esa fecha. Igualmente, existe constancia de su fallecimiento, que acaeció en Santiago de Chile en 1871, cuando contaba con 63 años de edad.
Fernando Zegers ha pasado a la posteridad por ser el autor de un Tratado de gramática castellana de intencionalidad fundamentalmente didáctica. Para su composición –y tal como él mismo reconoce en el prólogo de la obra– se basó en los textos de descripción gramatical y ortográfica de la Academia Española, en el Tratado de la proposición de Francisco Puente (¿?-¿?), en los trabajos de José Herrera Dávila (¿?-1828-¿?) y Antonio Alvear Pineda (1802-1884), en las obras del jesuita Gregorio Garcés (1733-1805), en los Principios de gramática general de José Gómez Hermosilla (1771-1837) y en las Grammaires de Condillac (1714-1780) y de Girault-Duvivier (1765-1832). Este manual cuenta con apartados dedicados a la morfología o analogía (págs. 1-65), a la sintaxis (págs. 48-66), a la ortografía (págs. 67-86), a la prosodia (págs. 87-95) y a la métrica (págs. 96-106). En consonancia con la realidad chilena del momento, la obra respeta la propuesta ortográfica de Andrés Bello (1781-1865).
Jaime Peña Arce