Luis Fernando Baltasar Vivero y Toledo fue un político y abogado nacido en la provincia ecuatoriana de Cotopaxi en 1790. Tras recibir su primera formación en su ciudad natal –probablemente Latacunga o Pujilí–, se afincó en Quito (Ecuador), en cuya universidad se doctoró en Teología (1810) y en Cánones (1814). Presenció los primeros levantamientos contra la dominación española y colaboró en la revolución que desembocó en la independencia de la metrópoli en 1820. Prestó servicio a la nueva república como secretario de la Junta de Gobierno de Guayaquil (Ecuador) y, tras la anexión de las ciudades ecuatorianas a la Gran Colombia en 1822, como congresista por Guayaquil. En 1827 realizó un viaje por Europa que le valió para ampliar su formación, así como para publicar alguno de sus trabajos como jurista. A su vuelta, se instaló definitivamente en Guayaquil tras ser elegido rector del Colegio Seminario de la ciudad, a la que legó, poco antes de fallecer en 1842, un importante bien de interés cultural: un segundo taller de impresión, que se sumó a la primera imprenta introducida por el gobierno ecuatoriano.
Durante su estancia en el extranjero, concretamente en París, Vivero publicó sus Lecciones de política, según los principios del sistema popular representativo, adoptado por las naciones americanas (Imprenta de Gaultier-Laguionie, París, 1827). Movido por un fuerte compromiso social y político con su país y el resto de las naciones americanas, imprimió en el taller que llevaba su nombre la Ortografía de la lengua castellana (1835). Esta fue una propuesta de reforma ortográfica más que se sumó al proyecto iniciado por Andrés Bello (1781-1865) para sustituir los principios que regían la norma ortográfica por el de la pronunciación. Vivero defendió un reemplazo progresivo, por lo que su manual no se desligó de la doctrina académica, sino que bebió de ella, especialmente en el apartado dedicado a la puntuación. Para la consecución de sus objetivos, el autor apeló a los maestros, a quienes sugirió la implementación en el aula de las modificaciones que presentó en su manual a continuación de las clásicas reglas ortográficas.
Leticia González Corrales