Gregorio Salvador Caja nació en Cúllar (Granada) el 11 de julio de 1927. Filólogo y escritor, fue especialista en lexicología y dialectología. Se licenció en Filología Románica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada en 1950, donde fue discípulo de Manuel Alvar López (1923-2001), con cuya orientación se inició en la investigación dialectológica y colaboró en los trabajos del Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía (Universidad de Granada-CSIC, 1961-1973). En dicha Universidad fue profesor de Gramática Histórica, y de Gramática General y Crítica Literaria. En 1953 se doctoró por la Universidad Complutense de Madrid, con la tesis El habla de Cúllar-Baza. Contribución al estudio de la frontera del andaluz, que vio la luz en dos partes en la Revista de Filología Española y otra en la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, publicados también de forma exenta (Publicaciones del Atlas Lingüístico de Andalucía, Granada, 1958-1959).
Desde 1959 ejerció su labor docente como catedrático de Lengua y Literatura en los institutos de enseñanza media de Algeciras, Cartagena y Astorga. En 1966 obtuvo la cátedra de Gramática Histórica de la Lengua Española en la Universidad de La Laguna (Tenerife) y en 1967 fue elegido decano de la Facultad de Filosofía y Letras, cargo que desempeñó hasta 1974. En 1975 pasó a ocupar la misma cátedra en la Universidad de Granada, hasta que se trasladó a Madrid como catedrático de Lengua Española, primero en la Universidad Autónoma (1979) y después en la Universidad Complutense (desde 1980), de la que fue nombrado profesor emérito tras su jubilación en 1996. En 1986 fue elegido académico de la Real Academia Española para ocupar el sillón q, letra a la que dedicó su discurso de ingreso, Sobre la letra «q», leído el 15 de febrero de 1987. Fue bibliotecario (1989-1998) y vicedirector (2000-2007) de la Institución, y también presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (1992-1998) y de la Sociedad Española de Lingüística (1990-1994). Fue miembro de honor de la Asociación de Hispanistas de Asia y de la Asociación de Prensa de Madrid, así como correspondiente de la Academia Nacional de Letras de Uruguay, de la Academia Argentina de Letras y de las academias Chilena y Hondureña de la Lengua. Murió en Madrid el 26 de diciembre de 2020.
Su larga y prolífica carrera profesional le valió los títulos de doctor honoris causa por las Universidades de Granada, La Laguna y Alcalá de Henares, y de académico honorario de la Academia de Buenas Letras de Granada y de las Academias Colombiana y Nicaragüense de la Lengua. Entre otros reconocimientos, recibió los premios de periodismo José María Pemán (1987), Mesonero Romanos (1995), César González Ruano (2001) y Mariano de Cavia (2004), la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (1999), la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (2004) y la Medalla de Andalucía (2010).
Gregorio Salvador plasmó en numerosas publicaciones sus investigaciones en los ámbitos universitario y académico. La gran repercusión mediática de su constante labor en la Real Academia Española probablemente haya relegado a un segundo plano, al menos en sectores no especializados, su importancia como figura clave en la introducción en España de los principios teóricos y epistemológicos estructuralistas, que dotaron a la lingüística de la base metodológica que precisaba para alcanzar su madurez científica. Salvador fue pionero en la aplicación de esos principios y métodos estructuralistas al estudio del léxico y de la semántica. Ha dedicado muchos trabajos a cuestiones teóricas de la lingüística, así como a la situación del español como coiné o lengua común en España y en el resto del mundo. No ha dejado de lado la creación literaria, con títulos como Casualidades (Espasa-Calpe, Madrid, 1994), El eje del compás (Planeta, Barcelona, 2002) y Nocturno londinense y otros relatos (Espasa, Madrid, 2006).
María José Ayerbe Betrán