El jurista, periodista y escritor Isaac Núñez de Arenas, hijo de Leoncio Núñez de Arenas y de María del Carmen Blanco, nació el 3 de junio de 1812 en Huete (Cuenca). Estudió derecho en la Universidad de Alcalá de Henares y ejerció como auditor de guerra en las Capitanías generales de Aragón y Navarra entre 1840 y 1844. En 1847 gana la cátedra de literatura en la Universidad Central, puesto que ocupa hasta su nombramiento como ministro togado del Tribunal Supremo de Guerra y Marina. El 13 de diciembre de 1863 ocupó el sillón de la letra k de la Real Academia Española. Falleció en Madrid el 2 de abril de 1869.
Como escritor, colaboró en varias publicaciones periódicas de la época (La Legalidad, El Español, Juventud Republicana, El Nuevo Régimen, El Heraldo Escolar y La Asamblea Federal), compuso Bases y motivos en que funda la reforma del Tratado de Justicia para la nueva ordenanza militar (1856) y Elementos filosóficos de Literatura (1858), fue editor de tres volúmenes del teatro de Ruiz de Alarcón (1867) y traductor de Los últimos días de Pompeya de Edward Bulwer Lytton.
Su interés para la BVFE se encuentra en una Gramática general, un texto de corte racionalista que se publicó primero dentro del Curso completo de filosofía para la enseñanza de ampliación (1846-1847) y que presenta una clara influencia de la gramática universal del inglés J. Harris, y en su discurso de ingreso a la Academia, que trató sobre “La conservación del idioma, y medios idóneos para conseguirla”, una defensa de la conservación de la lengua, pues “si no se la bastardea y falsifica, entraña y conlleva el progreso, dado que la sociedad que la informa y para quien es informada, le imprime perpetua movilidad, con vaciarla en el molde de sus costumbres, opiniones, conocimientos, instituciones y leyes. Que el progreso, supuesto por mí inherente a la lengua y a su conservación, debía introducirse en su forma o Gramática, procurando encarnarla a las leyes del pensamiento, cuya expresión es: en su materia o Diccionario, haciendo que para enunciar la vida, esencia, propiedades y relaciones de todo ser, contenga las dicciones precisas e idóneas, en consonancia científica y a manera de radios que descubran el círculo que los determina” (1865: 533).
M.ª Ángeles García Aranda