Martín Martínez de Cantalapiedra fue un hebraísta español del Renacimiento y uno de los tres acusados –junto con el más conocido Fray Luis de León (1527 o 1528-1581)– en el denominado Proceso inquisitorial contra los hebraístas de Salamanca. Nació en la localidad salmantina de Cantalapiedra, en el seno de una familia de profesionales liberales de origen vallisoletano probablemente conversos, y fue allí donde recibió las primeras letras. La fecha de su nacimiento da lugar a controversias: parte de los estudiosos apuntan a 1510; otros, a 1515; aunque la fecha más fiable parece la de 1519. La mayor parte de los datos biográficos que poseemos sobre su vida derivan del proceso inquisitorial que sufriría años después; sin embargo, la investigación ha demostrado cómo muchos de esos datos –aportados por él mismo– eran, si no falsos, por lo menos inexactos: con 18 años salió de Cantalapiedra para formarse como bachiller, primero en Teología en Valladolid y, a partir de 1544, se radicó en la Universidad de Salamanca, donde consiguió el título de bachiller en Artes y, finalmente, la licenciatura en Teología en 1561; en su declaración, Cantalapiedra siempre negó haber cursado estudios en Valladolid y afirmó haber pasado un año en Alcalá hacia 1552, tales afirmaciones han sido refutadas por los investigadoes. Sea como fuere, su brillantez académica provocó que, desde antes de 1560 (y probablemente, desde 1547), fuera ya catedrático de prima de las tres lenguas: hebreo, caldeo y árabe, puesto que continuó desempeñando en la Universidad salmantina. Desde su cátedra, y en unos años muy turbulentos desde el punto de vista religioso –el controvertido proceso contra el poderoso y prestigioso arzobispo de Toledo, Bartolomé de Carranza, O. P. (1503-1576), estaba ya en curso– defendió la primacía del texto original hebreo del Antiguo Testamento y se posicionó a favor del análisis filológico de este, con el fin de superar las posibles deficiencias de la Vulgata. Por este hecho –y por otros, relacionados con las luchas de poder entre las diversas facciones universitarias de la Salamanca de la época–, fue denunciado junto con sus compañeros, Fray Luis de León y Gaspar de Grajal (1530-1575), y detenido por la Inquisición, que lo trasladó a Valladolid: el día 27 de marzo de 1572, Cantalapiedra ingresó en prisión. Finalmente, tras más de cinco años de cárcel y la muerte en esta de Grajal (1575), Martínez de Cantalapiedra y Fray Luis fueron absueltos y devueltos a sus cátedras en 1577.
La labor filológica de este autor se centró en la creación de manuales para la enseñanza de la lengua hebrea. En este sentido destacan sus Institutiones in linguam sanctam; se desconoce la razón por la que esta obra fue publicada en París, más cuando Cantalapiedra, según los datos que hoy se manejan, no salió de Castilla en toda su vida. El mismo autor llevó a las prensas en 1571 una segunda edición corregida y aumentada que incluyó un apéndice en lengua caldea, fechado en 1570.
Jaime Peña Arce