Narciso Fages de Romá –también conocido como Narcís Fages de Romà– fue un agrónomo y jurisconsulto español del siglo XIX. Nació en Figueras (Gerona), en 1813, en el seno de una renombrada y pudiente familia ampurdanesa. El periplo vital del gerundense no puede trazarse al detalle, pero los datos conocidos permiten hacerse una idea cabal de su personalidad y de su trayectoria. Poco se sabe acerca de los primeros años de su vida, que debieron de transcurrir en su localidad natal, de la que salió para cursar la carrera de Derecho en las universidades de –por este orden– Cervera (Lérida), Huesca y Zaragoza. Parece que su formación universitaria estuvo llena de sobresaltos, causados por el devenir de la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Al término de sus estudios, en una fecha por determinar, regresó a Figueras, donde vivió desde 1842 hasta su muerte. En la capital del Alto Ampurdán se dedicó al ejercicio de la abogacía, fundó diversas publicaciones periódicas y, sobre todo, empezó a interesarse por la agricultura. No en vano, procedía de una familia de terratenientes, en continuo contacto con el agro del país. De hecho, fue en esta faceta en la que más destacó: fundó la Sociedad de Agricultura del Ampurdán (1845), fue nombrado vocal de la Junta Provincial de Agricultura de Gerona (1849) e impulsó y editó dos revistas agrícolas: El bien del País (1845-1849) y La Granja (1850-1855). Finalmente, promovió la creación de granjas-escuela de agricultura (1855 y 1877) con el objetivo de instruir a la población catalana en el cultivo de los cereales para mejorar su producción y venta en el mercado nacional. De su apacible vida sobresalen dos hechos concretos. En primer lugar, su ideología, democrática y republicana, que lo llevó a defender al alcalde federalista de Figueras, Abdón Terradas (1812-1856). Dicho alcalde fue defenestrado y procesado por negarse a jurar fidelidad al, por entonces (1842), presidente del Consejo de Ministros, el general Espartero (1793-1879). Y en segundo lugar, destacó su papel, a partir de 1879 y durante la plaga de la filoxera, con unas opiniones al margen de la línea oficial. El figuerense fue socio de un sinnúmero de sociedades agrarias y destacó como tratadista y divulgador científico, dirigido a un público campesino sin apenas formación. Narciso Fages de Romá falleció en la población que lo vio nacer, en 1884, con 71 años de edad.
El trabajo filológico de nuestro protagonista fue escaso y se concretó en una colección de sentencias moralizantes en un lenguaje no científico, agrupadas por campos semánticos y escritas originalmente en catalán, titulada Cartilla rural en aforismes catalans. Obra de gran éxito, fue editada también en español ese mismo año, bajo el título de Aforismos rurales conformes con las reglas dadas por los más clásicos agrónomos antiguos y modernos, nacionales y estrangeros, y con las observaciones y prácticas de los mejores cultivadores; esta versión castellana se reimprimió en Valencia (Imprenta de José Doménech) en 1869. Debido a la gran aceptación del público, el texto original también fue adaptado a la variante valenciana unos años después y fue impreso en la capital del Turia con el título Amics dels llauradors o Aforismes rurals […]. En estos Aforismos se hace patente la defensa de la forma de vida tradicional, contraria a la incipiente expansión industrial; este hecho –según ha señalado la investigación– resulta, si se tiene en cuenta la ideología de su autor, cuanto menos paradójico y algo contradictorio.
Carmen Martín Cuadrado
Jaime Peña Arce