Balthasar Xavier de Loaysa fue un lingüista y religioso ignaciano, activo en el área del actual estado mexicano de Sonora –entonces, una zona remota y apartada de la Nueva España– a mediados del siglo XVII. La vida de este autor es un enigma. Tras su nacimiento, que tuvo lugar en 1608, solo sabemos que en 1647, tras la muerte del misionero Francisco Oliñano, S. I. (¿?-1647), se hizo cargo de las misiones del denominado estado de Occidente. En concreto, tomó posesión de las situadas al este del río Yaqui, ocupándose de las de Ónavas y Teocripa. Aparte de su contacto con los naturales de la zona, hablantes de la lengua hegue, eudeve o névome (hoy extinta), cualquier otro dato biográfico sobre su periplo vital nos es desconocido, salvo el de su fallecimiento, acaecido en la Ciudad de México en 1672.
Su nombre ha pasado a la historia por ser el autor de un manuscrito –según la hipótesis de Campbell W. Pennington (1918-2015), quien estudio y editó este texto– que contiene un estudio sobre la lengua hegue, concluido en 1663 y compuesto, al parecer, a partir de una obra anterior de Oliñano. Este texto, conservado en la Bibliothequè Nationale de París, consta de 166 páginas, divididas en tres apartados: el primero (págs. 1-55) contiene un breve estudio gramatical sobre esa lengua; el segundo (págs. 56-62), una breve doctrina cristiana con su traducción del eudeve al latín y, por último (págs. 63-166), un vocabulario español-eudeve, que se interrumpe abruptamente en medio de la entrada bolver. Otra parte de esta obra, una continuación del vocabulario, que incluye los artículos comprendidos entre bolver y candelero, se conserva en el Archivo General de la Nación, en la Ciudad de México, bajo el nombre de Fragmento manuscrito de un vocabulario ópata. La tortuosa caligrafía del jesuita ha dificultado enormemente el acercamiento a su trabajo.
Jaime Peña Arce