Ángel Ganivet nació en Granada (1865-Riga 1898) donde estudió derecho y filosofía y letras. Se licenció en 1888 y se trasladó a Madrid para realizar el doctorado y terminar la carrera de derecho. Su primera tesis, España filosófica contemporánea, es rechazada en 1889 y se ve obligado a escribir otra sobre la Importancia de la lengua sánscrita. Tras licenciarse en derecho en 1890, aspira a una cátedra universitaria de griego que no obtendrá. Opositando conoció al también aspirante Unamuno, que obtendrá plaza en Salamanca, con quien le unirá una gran amistad. En 1892, oposita al Servicio Consular y es destinado a Amberes como vicecónsul. En 1893 es nombrado cónsul de Helsinki donde permanecerá hasta 1898. Meses antes de su muerte es trasladado a Riga donde manifiesta síntomas de una parálisis general progresiva. En 1898, pocos días antes de cumplir los 33 años se suicida arrojándose al río Dvina.
Ángel Ganivet fue un hombre cultivado, con dominio de varios idiomas y dotado de una gran curiosidad y ansia de conocimiento. Es considerado un precursor de la Generación del 98 pues sus obras ya preludian los temas que van a estar presentes como hilo conductor de los miembros de dicha Generación. Sin dejar de ser español, fue un europeo curioso e interesado por el mundo que le rodeaba. Su trabajo en el exterior le permitió conocer otras formas de vida y otras costumbres lo que le supuso, no sin cierta amargura, darse cuenta de lo que consideraba la decadencia de España y del carácter español.
En su tesis doctoral, Importancia de la lengua sánscrita, presentada en la Universidad Central el 28 de octubre de 1890, Ganivet reflexiona sobre la historia y el pensamiento humano en el que se mezclan religiones, artes, ciencias y costumbres que configuran el carácter de un pueblo. A pesar de ser una lengua muerta, el sánscrito es una de las lenguas más perfectas que el hombre ha hablado. Según Ganivet su literatura es singular y hace un repaso de los dos grandes periodos (védico y clásico). También establece algunas relaciones entre la literatura sánscrita, que califica de singular, y las literaturas clásicas, especialmente la griega, pero también las llamadas modernas. La lengua sánscrita lleva al autor a considerar otros aspectos como la filosofía, la lingüística o la gramática comparada a lo largo de la historia. Por otra parte, en su frustrada tesis España filosófica contemporánea Ganivet plantea algunas consideraciones sobre las deficiencias del sistema educativo español en todos sus niveles, desde la escuela hasta la Universidad, y en dichas deficiencias en las que fundamenta la ausencia de ideas de los españoles.
Además de su obra lingüística, Ganivet es autor de artículos de diversa temática, de dos novelas publicadas en 1897 y 1898 (La conquista del Reino de Maya por el último conquistador Pío Cid y Los trabajos del infatigable creador Pío Cid) de una obra de teatro y de varios ensayos.
La actividad periodística, literaria e intelectual llevada a cabo durante su corta vida confirman a Ángel Ganivet como un referente de la España de su tiempo, ocupado y preocupado en la decadencia del país y con una visión cosmopolita como pocos de sus compañeros de generación poseían.
Gloria Martínez Lanzán