Canuto María Alonso Ortega fue un helenista español del siglo XIX. Los datos conocidos de su biografía son escasos. Nuestro autor nació en el primer año de la centuria en la localidad burgalesa de Sotillo de la Ribera; lo hizo en el seno de una familia de tradición castrense que, durante la Guerra de Independencia (1808-1814), defendió los derechos dinásticos de Fernando VII (1784-1833). Su progenitor veló siempre por la educación del futuro helenista. Así instaló a su hijo en Valladolid –ciudad a la que quedará ligado por el resto de su vida– y lo matriculó en el Real Colegio de San Albano o Colegio de los Ingleses, antigua fundación jesuita dedicada a la formación de sacerdotes destinados a combatir el triunfo de la Reforma en Gran Bretaña; en el momento del ingreso de Alonso, esta institución estaba ya bajo control de la Corona. Finalizados los estudios preparatorios, ingresó en la Universidad vallisoletana, donde cursó sus estudios de Derecho y Filosofía y Letras, hasta doctorarse en Jurisprudencia. La investigación no maneja datos sobre el periplo vital de este autor entre 1825 y 1840, aunque parece lógico que siguiera vinculado a la Academia y a la docencia, en especial a la del Griego. Canuto Alonso Ortega fue una de las personalidades más relevantes dentro del Partido Moderado del general Narváez (1800-1868) en la provincia de Valladolid; de hecho, llegó a ocupar diversos cargos en el consistorio de la ciudad. En 1846 alcanzó la cátedra de Griego en la Universidad de Valencia, aunque rápidamente –y gracias a sus contactos políticos– consiguió retornar a Valladolid y a su Universidad. Ligado a esta institución mantendrá su cargo académico al tiempo que alcanzará el decanato de la Facultad de Filosofía y Letras, ostentará ambos puestos hasta su muerte. Canuto María Alonso Ortega falleció en 1862 mientras veraneaba en la localidad de Laredo (Cantabria).
La producción filológica de este autor está ligada a la lengua griega y a su condición de docente; consecuentemente, toda su producción –en general, poco estudiada– gravitó en torno a la creación de manuales, destinados tanto a enseñanzas medias, como a seminarios y universidades. Su Gramática teórico-práctica de la lengua griega vio la luz en 1852, y a lo largo del siglo tuvo hasta 11 ediciones. Este texto cobró también gran preeminencia en México, donde se imprimió en 1867 (J. M. Lara, Ciudad de México), y fue impuesto como libro de texto obligatorio dentro de la preparatoria del país azteca. Su otra obra, Curso de análisis y traducción griega, vio cuatro ediciones a lo largo del siglo XIX: a la primera de 1860 le siguieron otras en 1874 (Imprenta, librería y almacén de papel F. Santaren, Valladolid), en 1878 (Gaviria y Zapata, Valladolid, 1878) y en 1881 (Imprenta y librería de la viuda de Cuesta e hijos, Valladolid); el texto siguió siendo reimpreso durante la primera mitad del siglo XX. Hay constancia de que antes de que lo sorprendiera la muerte, Alonso Ortega estaba preparando un copioso diccionario griego-español y español-griego que no llegó a la imprenta.
Jaime Peña Arce