Antonio Bordázar de Artazu nació en Valencia en 1671. Fue hijo de Jaime Bordázar (¿?-1707), reconocido impresor valenciano, quien lo instruyó en el oficio. Tras la muerte de su padre, Bordázar continuó con su legado y mantuvo la imprenta, donde vieron la luz numerosas publicaciones de diversa índole, gracias a la fama que adquirió el taller. Esa misma reputación que alcanzó con sus esmeradas impresiones le valió el título de impresor de la ciudad y el del Santo Oficio de la Inquisición. Mostró un gran interés humanístico y científico, como demuestran sus colaboraciones con los novatores Juan Bautista Corachán (1661-1741) y Tomás Vicente Tosca (1651-1723) en sus obras matemáticas: Arithmética demonstrada theórico-práctica (Jaime de Bordázar, Valencia, 1699) y Compendio mathemático (9 tomos, Antonio Bordázar y otros, 1707-1715), respectivamente. Asimismo, entre los esfuerzos dirigidos a impulsar la renovación científica, figura su infructuoso intento de instituir una Academia matemática en Valencia. En 1741, fue nombrado receptor del papel sellado, un cargo que se vio obligado a rechazar por motivos de salud. Tres años más tarde falleció en el Real Monasterio de la Cartuja de Vall de Crist (Castellón).
La producción de Bordázar comprende obras de temática diversa: matemáticas, geografía, genealogía, etc. Su obra filológica, así como su figura, son conocidas a causa de la polémica entre Gregorio Mayans y Siscar (1699-1781) y Benito Jerónimo Feijoo (1676- 1764) que llevó aparejada la publicación de su Ortografía española en 1728, y editada nuevamente en 1730. La teoría ortográfica de Bordázar propugna el criterio ortológico frente al ortográfico y rechaza el uso como principio, salvo que esté admitido. Su estudio se hizo extensivo a la lengua latina, si bien su Ortografía latina no fue tan bien acogida como la española por considerarse de calidad inferior. En cuanto a su obra manuscrita, el Diccionario facultativo fue un ambicioso proyecto lexicográfico de carácter enciclopédico que quedó inconcluso. Bordázar lo emprendió bajo la supervisión de Mayans, que redactó un texto modelo para orientarlo: Idea de un diccionario egecutada en la jurisprudencia civil (Joseph Estevan Dolz, Valencia, 1768). En las páginas del Diccionario figura una versión corregida de las Reglas breves, otro proyecto editorial inacabado. Estas son una serie de apuntes de corrección y estilo, en las que se tratan cuestiones relativas a la Retórica y a la Gramática. Las nociones gramaticales ocupan buena parte del tratado que se cierra con unos sucintos comentarios sobre Prosodia y Ortografía.
Leticia González Corrales