De origen catalán, Joaquín Casanovas y Ferrán nació hacia 1834 en el seno de una familia acaudalada con industrias textiles en Sabadell (Barcelona). Aparte de colaborar en los negocios familiares, desempeñó otros cargos importantes vinculados a la banca española: fue representante del Banco de Economías (1865) y corresponsal del Banco de Madrid (1867) en Sevilla. Afincado en esta ciudad desde, aproximadamente, la década de 1860, desarrolló allí su faceta como político de corte progresista e intelectual relacionado con las logias masónicas. Fue vicepresidente del Comité Progresista Democrático (1870-1871) y, tras la radicalización de su postura política, presidió el Comité del Progresismo Democrático Radical y fue candidato por el Partido Democrático Radical. Cerca de 20 años más tarde, reaparece en la política como miembro de la Coalición Republicana de Sevilla y, en 1890, figura como candidato a diputado provincial. Entretanto fue vocal de la Junta de Primera Enseñanza (1873-1874), secretario de la Liga de Contribuyentes de Sevilla (1877) y vocal en 1878. No han trascendido otros datos biográficos de Casanovas posteriores a 1896, por lo que desconocemos la fecha y el lugar de su muerte.
La obra de Casanovas y Ferrán refleja el interés del autor por el léxico español. Fruto de esta inquietud y gracias a sus conocimientos del catalán, vio la luz la Colección de vocablos y modismos incorrectos y viciosos usados por los catalanes cuando hablan el castellano (1883). Con actitud crítica, sancionó los barbarismos –y solecismos– propios de los hablantes catalanes tomados de la prensa del momento. Las voces documentadas se presentan ordenadas alfabéticamente seguidas de la corrección y un breve comentario explicativo. Tal y como apuntó en la página que precede al apéndice que cierra el libro, Casanovas encontró otros ejemplos durante la impresión que propiciaron la segunda edición de la obra (Imprenta de Luis Tasso y Serra, Barcelona, 1884). Asimismo, entre las adiciones figuran un compendio de ortografía catalana, varias listas de voces que generan confusión, ya sea por su forma o por su significado, y una serie de diccionarios bilingües en compendio: uno general y otros específicos de terminología propia de las artes y oficios. En ese mismo año publicó aparte una de las secciones en que se divide la segunda edición de su Colección de vocablos: Folleto hípico sobre las carreras de caballos (1884).
Leticia González Corrales