William Casey era irlandés de nacimiento, de Carrick, donde vio la luz en 1795 (y no en 1797 como se ha venido afirmando constantemente). Realizó sus primeros estudios en Dublín. En 1809 se refugió en Mahón, donde enseñó en el colegio constitucional. En 1817 ya estaba afincado en Barcelona. Fue nombrado miembro de la Academia de Buenas Letras de Barcelona en 1821. En 1825 se trasladó a Madrid, donde fue profesor de inglés en el Colegio de Nobles, de una manera fugaz, pues al año siguiente es nombrado catedrático interino de inglés en la Junta Barcelonesa de Comercio, puesto recién creado que ganó opositando contra su exalumno Antonio Bergnes de las Casas (1801-1879), pero nunca la obtuvo en propiedad, pese a su insistencia en solicitarlo. La última etapa de su vida estuvo marcada por las enfermedades, la dificultad para mantener el orden en clase, y no percibir regularmente su salario con el que no logra atender las necesidades familiares: en 1844 pierde uno de sus hijos y ha de entregar los otros tres a la Casa de la Caridad. En estas circunstancias le llegó la muerte a finales de 1857.
Casey es autor de algunas traducciones y obras de otra índole, pero es conocido por haber redactado una colección de obras para la enseñanza del inglés a los españoles. La primera de ellas fue la Nueva y completa gramática inglesa para uso de los españoles, que venía a unirse a un nutrido grupo de ellas que ya existían, aunque en una línea renovadora. La obra está dividida en cuatro partes, las dedicadas a la pronunciación, a las partes de la oración, a la sintaxis, y a la prosodia. Esta última parece estar tomada de la gramática inglesa de Lindley Murray (1745-1826), tal vez a través de la que Jorge Shipton (¿?-¿?) publicó en 1810. La nueva gramática de Casey gozó de aceptación, y por lo menos se imprimió dos veces más, en 1827 y en 1841. En esta última se incluyó una pequeña nomenclatura, sin título ni encabezamiento alguno, aunque en el índice figura como «Vocabulario», que no tiene nada que ver con la anterior, pues se trata de una copia exacta, con pequeños cambios gráficos o tipográficos, de la que publicó José de Urcullu (¿?-1852) en 1825.
Por otra parte, Casey publicó una gramática para la enseñanza de la lengua alemana a los españoles. Las tres partes en que se divide el manual van dedicadas, respectivamente, a la pronunciación y la ortografía, a las partes de la oración, y a la sintaxis. A todo ello se añade un «Apéndice» en cuyo interior figura un «Vocabulario», que no es sino una nomenclatura bilingüe con el alemán y el español (no tiene nada que ver con las dos anteriores del autor), tras el cual aparece un «Índice alfabético de los nombres propios de personas», una «Lista alfabética de los adjetivos más usuales», y una «Lista de los verbos más usuales para hablar, así regulares como irregulares, ya simples, ya compuestos», que no van por orden alfabético, así como unos diálogos, ejercicios para la traducción, y otros apartados para enseñar el alemán.Como complemento de la gramática inglesa, Casey escribió el Intérprete anglo-hispano con los materiales accesorios, según él, que aparecen en otras gramáticas. Esos materiales accesorios son el «Vocabulary», una nomenclatura, a la que siguen unos diálogos, una colección de frases y refranes, unos modelos epistolares, y un apéndice de ejercicios. Se trata de un instrumento de aprendizaje dirigido a los alumnos ya iniciados en el conocimiento de la lengua. El Intérprete vio dos salidas más (en 1836 y 1851) que se anunciaban como corregidas, mejoradas y considerablemente aumentadas por el autor.
El Diccionario de la pronunciación crítica de la lengua inglesa no es un diccionario con definiciones o equivalentes, sino una obra en la que se presentan alfabéticamente las palabras inglesas seguidas de su pronunciación figurada, por más que Casey esté en contra de esta denominación, pues los intentos que se han hecho hasta la fecha de la publicación resultan falaces e insuficientes. Nuestro autor marca el acento de cada palabra y hace la división silábica para facilitar el aprendizaje de la pronunciación. En la presentación de la representación sigue los métodos de Walker, al que da prioridad, y el de Sheridan, entre otros lexicógrafos ingleses.
Se atribuye a Casey, entre otros, el opúsculo Ortología o principios de pronunciación inglesa publicado en Mahón en 1813, en la imprenta de Pedro Antonio Serra, en el que se nombra los diccionarios de Walker y de Sheridan, como hará Casey en su Diccionario de la pronunciación treinta y seis años después.
Manuel Alvar Ezquerra