Poco es lo que sabemos de la vida del carmelita descalzo Fray Diego de la Encarnación, Diego de Cisneros en la vida seglar. Desconocemos el lugar y la fecha de su nacimiento, aunque junto a su nombre pone en la portada de sus libros que era valderano, esto es, de la población de Valderas (León). También dice en esas portadas que era lector de Teología. No se sabe cuándo profesó en religión. Publicó sus gramáticas en Douai, localidad del norte de Francia, entonces bajo el dominio español en Flandes, a la que Felipe II (1527-1598) dotó en 1569 de universidad con el fin de luchar contra la Reforma, por lo que ha sido un centro del catolicismo. Es lógico suponer que allí desarrollaría su actividad, probablemente entre 1620 y 1630, y tal vez desde 1615, fecha en que se fundó el convento de los carmelitas. Sin embargo, no podemos olvidar que en 1622 publicó unos tercetos en la Relación de las fiestas que la insigne Villa de Madrid hizo en la canoniçación de su bienaventurado hijo y patrón San Isidro (Viuda de Alonso Martín, Madrid, 1622, fols. 130v-131r), de Lope de Vega (1562-1635), quizás porque entonces se encontraba en Madrid. Sin embargo, la edición de la gramática de 1624 en Douai lo lleva más allá de los Pirineos. La impresión de su Escala mística en Bruselas (Godofedo Schoeuaerts, 1629) hace pensar que todavía continuaba Flandes. La dedicatoria de la segunda edición de su gramática francesa (1635) está fechada en Madrid, por lo que es muy posible que en ese momento estuviese en la capital, y que en ella continuase cuando data su traducción parcial de los Ensayos (manuscrito conservado en la Biblioteca Nacional de España, Madrid, MSS/5635) de Montaigne (1533-1592) en 1637. Ni en la portada de la Escala mística ni en la de la gramática francesa de 1635 se dice que fuese carmelita, ¿había dejado la orden? En los estos dos casos, y en el de la traducción de Montaigne, ya no firma como Diego de la Encarnación, sino como Diego de Cisneros.
Nuestro carmelita descalzo es autor de obras de carácter religioso, pero a nosotros nos importa por serlo de dos gramáticas editadas conjuntamente y con portadas propias, una francesa para españoles, escrita en español, a la que sigue una española para franceses, escrita en francés. Ambas gramáticas son herederas del racionalismo de Sánchez de las Brozas (1523-1600), y ambas se insertan en la corriente gramatical española, aunque copia a menudo la gramática (1597) César Oudin (¿1560?-1625). Las dos fueron concebidas simultáneamente y redactadas en paralelo según un marco común, si bien en la francesa no da cuenta de los fenómenos comunes con el español, aunque sí de los específicos, por lo que el texto es diferencial. El contenido de las dos obras se divide en tres partes o libros, que responden a las unidades de los distintos niveles del análisis lingüístico, según su concepción: las letras y su pronunciación, como primer elemento, con las que se forman las palabras, esto es, las partes de la oración (segunda parte), y con ellas se construyen las oraciones (tercera parte), a las que considera reflejo de las pasiones y concepciones del espíritu.
La gramática francesa tuvo una edición independiente, la segunda, en 1635 (Imprenta del Reyno, Madrid), sin correcciones ni añadidos sobre la primera salida, salvo el cambio en la dedicatoria y bajo el nombre de Diego de Cisneros.